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por Recaredo Dom Ago 01, 2010 6:18 am[b] Del capítulo anterior. Pelópidas------ Da gracias a los dioses de que no te mando cortar la cabeza.
Tarsístides-----Yo no soy un deserto. A mí nadie me obligó a ir a la guerra. Como tampoco nadie me impidió que abandonara al ejército. Allí, tus comandantes estaban tan entusiasmados gozando de los placeres del vino y del amor... que nadie escuchaba las palabras de un viejo que predecía el vaticinio de los dioses. ¡Ah! Si me hubieran escuchado... Hoy, quizá... ¡Pero no! Todos querían lincharme, sobre todo la Esfinge, convertida en Apolo. ja,ja,ja.
Pelópidas-----¡Basta ya, viejo! Puedes retirarte. Por desgracia, tus palabras no pueden sernos de utilidad; no estás en tu sano juicio.
Tarsístides-----¿Quieres que me valla...?
Pelópidas-----Si lo prefieres, puedes quedarte, en algún rincón; pero no interrumpas.
Anciano I-----¡Un momento, Tarsístide! Perdona Pelópidas; quizá sea una tontería, pero me gustaría saber por qué este hombre ha dicho que los dioses nos han vuelto la espalda.
Pelópidas-----Esto no es ninguna epopeya homérica, Enón, estamos en la vida real, y no creo que aquí los dioses...
Anciano I-----¿No crees en los dioses, Pelópidas...?
Pelópidas-----Sí, creo en los dioses, Enón. Pero no en adivinos, charlatanes y agoreros que dicen hablar en su nombre. Todos sabemos las desgracias sufridas por esta ciudad, desde los tiempos de Yolao, por culpa de esta clase de gente. Pienso que, si los dioses quisieran hablar o intervenir en asuntos humanos, no necesitarían de intermediarios.
Tarsístides-----No es por nuestra causa, Pelópidas, por lo que nuestro pueblo viene padeciendo desde antiguo, y padecerá aún más la ira de los dioses; es por su impiedad, de la que tú mismo acabas de dar ejemplo con tus palabras.
Pelópidas-----Mide las tuyas, viejo, o haré que te arrepientas de haber vuelto.
Tarsístide----¡Oh dioses! Nuevamente por decir la verdad llueven sobre mí las amenazas. También allí, en el campamento, un joven hermoso como un dios, quiso matarme, porque le sugerí que él con su comportamiento podría ser el causante del desastre que se avecinaba.
Pelópidas-----¿Y Zeus te anunció eso, viejo loco?
Tarsístides-----Sí, Pelópidas. Zeus me lo anunció en las entrañas de una tórtola; luego, pude comprobar que no se equivocaba.
Anciano I-----Dinos, buen Tarsístides ¿Quién era este joven?
Tarsístides-----¿Qué joven...)
Anciano I----- El que quería matarte.
Tarsístides-----No lo sé. Ya no me acuerdo. ja, ja.
Anciano I----- Y de los signos que Zeus te enviaba
¿Te acuerdas?
Tarsístides-----¡Pues claro que me acuerdo! Pero,de qué sirve repetirlo ahora, cuando todos mis temores ya se han confirmado y sólo a la angustia y al llanto ha lugar. ¡Ay! ¡Ay! ja, ja, ja.
Pelópidas----- Enón te ha hecho una pregunta. ¡Contesta, viejo!
Tarsístides----- Alma femenina, cuerpo de varón, otra vez la Esfinge por Tebas camina. ¡Ah! Tengo miedo, Cleomonte, acaso ¿Eres tú Edipo? ¡Ah! Que horrible visión.
Pelópidas-----Estás loco. ¡Vamos, retírate!
(se va hacia un rincón temblando, casi en
estado de chok. Cuendo entra un heraldo en
la sala que dice:)
Heraldo-----¡Cleomonte acaba de entrar en la ciudad!
Continuará...
Tarsístides-----Yo no soy un deserto. A mí nadie me obligó a ir a la guerra. Como tampoco nadie me impidió que abandonara al ejército. Allí, tus comandantes estaban tan entusiasmados gozando de los placeres del vino y del amor... que nadie escuchaba las palabras de un viejo que predecía el vaticinio de los dioses. ¡Ah! Si me hubieran escuchado... Hoy, quizá... ¡Pero no! Todos querían lincharme, sobre todo la Esfinge, convertida en Apolo. ja,ja,ja.
Pelópidas-----¡Basta ya, viejo! Puedes retirarte. Por desgracia, tus palabras no pueden sernos de utilidad; no estás en tu sano juicio.
Tarsístides-----¿Quieres que me valla...?
Pelópidas-----Si lo prefieres, puedes quedarte, en algún rincón; pero no interrumpas.
Anciano I-----¡Un momento, Tarsístide! Perdona Pelópidas; quizá sea una tontería, pero me gustaría saber por qué este hombre ha dicho que los dioses nos han vuelto la espalda.
Pelópidas-----Esto no es ninguna epopeya homérica, Enón, estamos en la vida real, y no creo que aquí los dioses...
Anciano I-----¿No crees en los dioses, Pelópidas...?
Pelópidas-----Sí, creo en los dioses, Enón. Pero no en adivinos, charlatanes y agoreros que dicen hablar en su nombre. Todos sabemos las desgracias sufridas por esta ciudad, desde los tiempos de Yolao, por culpa de esta clase de gente. Pienso que, si los dioses quisieran hablar o intervenir en asuntos humanos, no necesitarían de intermediarios.
Tarsístides-----No es por nuestra causa, Pelópidas, por lo que nuestro pueblo viene padeciendo desde antiguo, y padecerá aún más la ira de los dioses; es por su impiedad, de la que tú mismo acabas de dar ejemplo con tus palabras.
Pelópidas-----Mide las tuyas, viejo, o haré que te arrepientas de haber vuelto.
Tarsístide----¡Oh dioses! Nuevamente por decir la verdad llueven sobre mí las amenazas. También allí, en el campamento, un joven hermoso como un dios, quiso matarme, porque le sugerí que él con su comportamiento podría ser el causante del desastre que se avecinaba.
Pelópidas-----¿Y Zeus te anunció eso, viejo loco?
Tarsístides-----Sí, Pelópidas. Zeus me lo anunció en las entrañas de una tórtola; luego, pude comprobar que no se equivocaba.
Anciano I-----Dinos, buen Tarsístides ¿Quién era este joven?
Tarsístides-----¿Qué joven...)
Anciano I----- El que quería matarte.
Tarsístides-----No lo sé. Ya no me acuerdo. ja, ja.
Anciano I----- Y de los signos que Zeus te enviaba
¿Te acuerdas?
Tarsístides-----¡Pues claro que me acuerdo! Pero,de qué sirve repetirlo ahora, cuando todos mis temores ya se han confirmado y sólo a la angustia y al llanto ha lugar. ¡Ay! ¡Ay! ja, ja, ja.
Pelópidas----- Enón te ha hecho una pregunta. ¡Contesta, viejo!
Tarsístides----- Alma femenina, cuerpo de varón, otra vez la Esfinge por Tebas camina. ¡Ah! Tengo miedo, Cleomonte, acaso ¿Eres tú Edipo? ¡Ah! Que horrible visión.
Pelópidas-----Estás loco. ¡Vamos, retírate!
(se va hacia un rincón temblando, casi en
estado de chok. Cuendo entra un heraldo en
la sala que dice:)
Heraldo-----¡Cleomonte acaba de entrar en la ciudad!
Continuará...
» Desde la ventana
» Por qué, la guerra?
» Tu cuerpo se desviste...
» Déjame unir mi mano con la tuya...
» Tu rostro...
» Memoria de tu luz, cuerpo bohemio...
» Mi ciudad
» Mujer -reclamo tus rosas-