[b]III Acto de Epaminondas y la Fuerza del Amor
Se da la escena en el palacio de Pelópidas, en la ciudad de Tebas. Pelópidas preside el consejo de ancianos. Rostros graves y tal. Habla Pelópidas:
Pelópidas-----Nuevamente se cierne sobre los cadmeos la ira de los dioses. ¡Hasta cuando los inmortales estarán infligiendo castigos a esta tierra nuestra! ¿Qué maldición persigue a nuestra estirpe desde los tiempos del desventurado Rey Edipo, que no ha habido generación en Tebas que escapase al agudo aguijón de la desgracia?
Anciano I----- Dinos, Pelópidas ¿Qué noticias tienes de nuestro ejército?
Anciano II----- Acaso ¿Epaminondas ha sido derrotado...?
Pelópidas-----¡Ay! Amigos míos... Hace ya más de un mes que no recibo noticia alguna de nuestro ejército. Y, aquella que recibí, hubiera preferido no recibirla nunca. ¡Ay! Desdichado de mí; que reino ahora sobre una ciudad rodeada por el enemigo, repleta de mujeres, niños y ancianos, sin apenas hombres de brazos fuertes y vigorosos para defenderla. ¡Ay! Hijo mío, Lisis, querido... ya no podrás defender a tu anciano padre,...? ni alegrarle los tristes días que se le avecinan...¡Ay! ¡Ay!...
Anciano II-----Todos sentimos tu dolor por la muerte de tu hijo Pelópidas. Pero, debes sobreponerte, en bien de nuestro pueblo. Hoy nos haces más falta que nunca, amigo mío.
Pelópidas-----Lo sé, amigos míos, lo sé... Por eso estoy aquí, ante el consejo; porque ¿Quién de vosotros no ha perdido un hijo en esta guerra?
Luego así, por qué iba yo a abusar de mi privilegio como Beotarca, para complacerme en mi dolor más que vosotros.
Anciano I-----¡Bien dicho, Pelópidas!
Anciano II----¡Viva el Beotarca!
Pelópidas-----Gracias amigos míos. Pero, que vosotros y yo estemos en nuestro puesto, sobreponiéndonos a este dolor que nos lacera el pecho, para cumplir con nuestra obligación, no significa que podamos remediar los ingentes males que se nos avecinan.
Sabed que, nuestro ejército; si es que a estas alturas aún no ha sido derrotado, permanece cercado por el enemigo lejos de Beocia, esperando quizá, un nuevo milagro de Epaminondas, que le salve de tan difícil situación. Yo no comprendo el por qué...? el buen juicio, que hasta ahora vino demostrando este General, no le llevó a retirarse del Peloponeso, cuando los atenienses aún no habían terminado de completar su cerco...
Anciano I-----Confiemos en la astucia de Epaminondas, Pelópidas, él nunca ha perdido una batalla,
Pelópidas-----No nos hagamos ilusiones, amigos mío.... Epaminondas nada podrá hacer en este caso.¡Es prácticamente imposible escapar de esa trampa,
donde está metido! Pues él sólo cuenta con seis mil hombres; frente a los ocho mil atenienses que manda el hijo de Xenofonte, el feroz y despiadado Grilo. Además, están los doce mil lacedemonios del Rey Cleombroto y las fuerza persas, que a estas alturas ya habrán desembarcado en algún lugar del Peloponeso.
Anciano II-----¡Oh dioses!
Pelópidas-----Sí, clama a los dioses, buen anciano; clama a los dioses... Aunque dudo mucho que ellos puedan librarnos del desastre.
(entra en escena Tarsístides;viene
vestido con unos harapos miserables,
y actúa de forma enloquecida; nadie
parece reconocerlo y dice:)
Tarsístides-----Dices bien, Pelópidas; ja, ja, ja. Dices muy bien; porque los dioses nos han vuelto la espalda. No, no nos ayudarán. ja, ja, ja.
Pelópidas-----¿Quién es este hombre?
Anciano I----Es Tarsístides, el viejo adivino.
Pelópidas (a Tdes)-----Pues...¿Tú no estabas con el ejército? ¿Cómo es que has podido escapar, eludiendo el cerco?
Tarsístides-----Para un viejo loco es fácil pasar desapercibido entre las líneas enemigas. No obstante, han sido muchos los esfuerzos de mis cansados pies para traerme hasta Tebas. Un mes llevo vagando por caminos pedregosos, durmiendo en cuevas, como las alimañas y alimentándome con raíces del campo, con el único propósito de llegar hasta aquí e informar a este consejo de mis tribulaciones ja, ja, ja.
Pelópidas-----No sé cueles serán tus tribulaciones, viejo Tarsístides. Pero, yo preferiría que nos informaras antes de cómo la va a nuestro ejército.
¿Tienes algo que decirnos sobre esto?
Tarsístises-----Allí todos se burlaban de mí. Todos pecan contra los dioses, y cuando yo le previne del castigo que contra ellos tramaban los inmortales; la Esfinge, convertida en Apolo, quiso matarme.
Pelópidas-----Ve al asunto, viejo, no nos hagas perder el tiempo.
Tarsístides-----¡Oh, soberano Pelópidas! Hace un mes; cuando yo salí de Mantinea...
Pelópidas-----Hace un mes, hace un mes... ¡A saber lo que pudo haber ocurrido en un mes; viejo torpe!
¿Por qué abandonaste el ejército? ¡Eres un desertor! Da gracias a los dioses de que no te mando cortar la cabeza.
Continuará...
Se da la escena en el palacio de Pelópidas, en la ciudad de Tebas. Pelópidas preside el consejo de ancianos. Rostros graves y tal. Habla Pelópidas:
Pelópidas-----Nuevamente se cierne sobre los cadmeos la ira de los dioses. ¡Hasta cuando los inmortales estarán infligiendo castigos a esta tierra nuestra! ¿Qué maldición persigue a nuestra estirpe desde los tiempos del desventurado Rey Edipo, que no ha habido generación en Tebas que escapase al agudo aguijón de la desgracia?
Anciano I----- Dinos, Pelópidas ¿Qué noticias tienes de nuestro ejército?
Anciano II----- Acaso ¿Epaminondas ha sido derrotado...?
Pelópidas-----¡Ay! Amigos míos... Hace ya más de un mes que no recibo noticia alguna de nuestro ejército. Y, aquella que recibí, hubiera preferido no recibirla nunca. ¡Ay! Desdichado de mí; que reino ahora sobre una ciudad rodeada por el enemigo, repleta de mujeres, niños y ancianos, sin apenas hombres de brazos fuertes y vigorosos para defenderla. ¡Ay! Hijo mío, Lisis, querido... ya no podrás defender a tu anciano padre,...? ni alegrarle los tristes días que se le avecinan...¡Ay! ¡Ay!...
Anciano II-----Todos sentimos tu dolor por la muerte de tu hijo Pelópidas. Pero, debes sobreponerte, en bien de nuestro pueblo. Hoy nos haces más falta que nunca, amigo mío.
Pelópidas-----Lo sé, amigos míos, lo sé... Por eso estoy aquí, ante el consejo; porque ¿Quién de vosotros no ha perdido un hijo en esta guerra?
Luego así, por qué iba yo a abusar de mi privilegio como Beotarca, para complacerme en mi dolor más que vosotros.
Anciano I-----¡Bien dicho, Pelópidas!
Anciano II----¡Viva el Beotarca!
Pelópidas-----Gracias amigos míos. Pero, que vosotros y yo estemos en nuestro puesto, sobreponiéndonos a este dolor que nos lacera el pecho, para cumplir con nuestra obligación, no significa que podamos remediar los ingentes males que se nos avecinan.
Sabed que, nuestro ejército; si es que a estas alturas aún no ha sido derrotado, permanece cercado por el enemigo lejos de Beocia, esperando quizá, un nuevo milagro de Epaminondas, que le salve de tan difícil situación. Yo no comprendo el por qué...? el buen juicio, que hasta ahora vino demostrando este General, no le llevó a retirarse del Peloponeso, cuando los atenienses aún no habían terminado de completar su cerco...
Anciano I-----Confiemos en la astucia de Epaminondas, Pelópidas, él nunca ha perdido una batalla,
Pelópidas-----No nos hagamos ilusiones, amigos mío.... Epaminondas nada podrá hacer en este caso.¡Es prácticamente imposible escapar de esa trampa,
donde está metido! Pues él sólo cuenta con seis mil hombres; frente a los ocho mil atenienses que manda el hijo de Xenofonte, el feroz y despiadado Grilo. Además, están los doce mil lacedemonios del Rey Cleombroto y las fuerza persas, que a estas alturas ya habrán desembarcado en algún lugar del Peloponeso.
Anciano II-----¡Oh dioses!
Pelópidas-----Sí, clama a los dioses, buen anciano; clama a los dioses... Aunque dudo mucho que ellos puedan librarnos del desastre.
(entra en escena Tarsístides;viene
vestido con unos harapos miserables,
y actúa de forma enloquecida; nadie
parece reconocerlo y dice:)
Tarsístides-----Dices bien, Pelópidas; ja, ja, ja. Dices muy bien; porque los dioses nos han vuelto la espalda. No, no nos ayudarán. ja, ja, ja.
Pelópidas-----¿Quién es este hombre?
Anciano I----Es Tarsístides, el viejo adivino.
Pelópidas (a Tdes)-----Pues...¿Tú no estabas con el ejército? ¿Cómo es que has podido escapar, eludiendo el cerco?
Tarsístides-----Para un viejo loco es fácil pasar desapercibido entre las líneas enemigas. No obstante, han sido muchos los esfuerzos de mis cansados pies para traerme hasta Tebas. Un mes llevo vagando por caminos pedregosos, durmiendo en cuevas, como las alimañas y alimentándome con raíces del campo, con el único propósito de llegar hasta aquí e informar a este consejo de mis tribulaciones ja, ja, ja.
Pelópidas-----No sé cueles serán tus tribulaciones, viejo Tarsístides. Pero, yo preferiría que nos informaras antes de cómo la va a nuestro ejército.
¿Tienes algo que decirnos sobre esto?
Tarsístises-----Allí todos se burlaban de mí. Todos pecan contra los dioses, y cuando yo le previne del castigo que contra ellos tramaban los inmortales; la Esfinge, convertida en Apolo, quiso matarme.
Pelópidas-----Ve al asunto, viejo, no nos hagas perder el tiempo.
Tarsístides-----¡Oh, soberano Pelópidas! Hace un mes; cuando yo salí de Mantinea...
Pelópidas-----Hace un mes, hace un mes... ¡A saber lo que pudo haber ocurrido en un mes; viejo torpe!
¿Por qué abandonaste el ejército? ¡Eres un desertor! Da gracias a los dioses de que no te mando cortar la cabeza.
Continuará...
Última edición por Recaredo el Sáb Jul 17, 2010 9:39 am, editado 1 vez
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