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por A su ribete azul el cuerpo encierra
la dominada estructura de la tierra,
por sobre manto de tu piel endrina
a mi doncella nacarada, azul, marina…
Deshora el cielo de mi numen es templado
por sobre el alba de mi Sol enamorado
de su estridencia oscura, y ya en la testa
de tu bermeja boca, que me presta…
Oh, tus labios rojos, sobre labios
del cárdeno a tu rojo, rosa ebria,
de mi baldada fortuna, brazos sabios
que mi locura en mi grillete beso cría…
De mi demora a mi semblante rojo asedio
de mí vulnera el ocio amante, sombra oscura
que devanada a tu ahínco, en desmesura
hace de noche tu nocturno pecho, mi remedio…
Mi boca enlaza a tu cintura vuelta en pan
a la doncella que hace voz mi sombra empuje,
de mí la austera situación en mí no cruje
desde tu boca hasta mi beso, labios dan…
Mi sol de temple, atardecer mudo no engaña
a mi blasón desde quimera, ya no apaña
desde mi joven ya bermeja luz del rojo
en el crepúsculo de fuego, hacia mi ojo…
En mí no envidia la dulcísima Castalia
de mi debacle a su llanto, la hermosura
desde mi lengua a tu estandarte, no me halla
a tu silencio en mi locura, bosque amura…
Y entre tus labios ya se presta mi hidalguía
a confrontar aquélla ciénaga del día
que mi estridencia en mí no aquejo, con dulzura
desde tus ojos y mejillas, la tersura…
Impronta cede a mi murmullo hacia la noche
desde tu luna, a mi bandeja sobre el roble
en mi locura de silencio, de alma noble
ó tu dulzura que hace miel de mi fantoche…
De süeño herido, desde cuna, de oro regio
de mi ribete en sombras, el arpegio
desde mi acorde mudo, sol, austero labio
que canta el beso de tu voz, jacinto arabio…
De goce, cuna, de mi albor yace risüeña,
desde mi boca a tu boca que se empeña…
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