Déjame unir mi mano con la tuya...

Déjame unir mi mano con la tuya…



Déjame unir mi mano con la tuya,
Y así del cielo claro ver bajar
La Virgen con el rostro que te arrulla;
Y en estos tiempos rotos ya dejar,
Que la oración y el alma toque más
Y en su durmiente sombra la verdad,
Claras penas recoja inmensidad
Y el amor busque otros, además…

Déjame unir mi boca con tu verso,
Y en la piel la caricia amar también,
Déjame también ser contigo vuelo
Ver con tus ojos bien dolor ajeno…
Quiero mover contigo piedras vanas,
Que en el corazón pesan, doblegando
La conducta de amar y ya buscar,
La palabra de amor que besa amando…

Ya juntos ayudar al desvalido,
Y también ayudar al que, en miseria,
Opaca con su luz ya no ve bien
Y en la tristeza soledad ocupa.
Ya vamos a rezar por este mundo,
Que necesita amor y más también:
Su cuerpo es la miseria de su luto,
No olvidemos dar alegría por él.

Todos juntos podremos olvidar
Palabras sin amor, y gestos vanos,
Darnos abrazos como los hermanos,
Y remediar la sombra del poder;
Para aprender a amar la fortaleza,
Del sueño y el dolor de renacer:
Entre tanta miseria, la cabeza,
Pueda dar con su ahínco su placer.

No olvidar este rumbo, satisfechos
De haber amado bien, fortaleciendo
Estos lazos de amor ya como hermanos,
Y un fuego de pasión calentará…
No dejaremos, a ninguno afuera
Amor mientras más grande más riqueza,
Mientras más compartimos más habrá!
No olvidar este rumbo, satisfechos,

Que de tu mano tuya con la mía,
El sol quería salir en este día…


Alejandro Rodrigo Flagel