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por Recaredo Sáb Jun 29, 2013 10:57 am XXIV
Facilitaríamos mucho las cosas,
si asumiéramos nuestra condición
de simples hombres.
Mas, ¡ay! Que el ser libres comporta ciertos
riesgos que aún no estamos dispuestos a
asumir.
Nos resulta más cómodo seguir con
la cadena al cuello y quejarnos cuando
el amo nos tira de ella.
En verdad que, las mentiras por las que
nos hemos regido durante siglos,
todavía nos aplastan contra el suelo
como una loza.
Sí, todavía nos resulta difícil
vivir en paz y armonía unos con otros.
Cuando en verdad; esto sólo consiste
en: “No hacer a los demás, aquello que
a ti no te gustaría que te hicieran”
Esto viene de antiguo.
¡Cómo! -diréis- Éste que pretende
imponer su nuevo orden, recurre
a frases manidas del viejo, para
avalar sus tesis.
Habréis de saber que; también en el
pasado existieron hombres justos, a
sus enseñanzas debemos algunos
avances de la humanidad.
No obstante que luego, con el paso del
tiempo, otros las tergiversaron para
amoldarlas a sus intereses.
Son a estos hombres ladinos a los que
debéis erradicar de vuestro lado;
de lo contrario os confundirán con sus
lenguas de doble filo.
Facilitaríamos mucho las cosas,
si asumiéramos nuestra condición
de simples hombres.
Mas, ¡ay! Que el ser libres comporta ciertos
riesgos que aún no estamos dispuestos a
asumir.
Nos resulta más cómodo seguir con
la cadena al cuello y quejarnos cuando
el amo nos tira de ella.
En verdad que, las mentiras por las que
nos hemos regido durante siglos,
todavía nos aplastan contra el suelo
como una loza.
Sí, todavía nos resulta difícil
vivir en paz y armonía unos con otros.
Cuando en verdad; esto sólo consiste
en: “No hacer a los demás, aquello que
a ti no te gustaría que te hicieran”
Esto viene de antiguo.
¡Cómo! -diréis- Éste que pretende
imponer su nuevo orden, recurre
a frases manidas del viejo, para
avalar sus tesis.
Habréis de saber que; también en el
pasado existieron hombres justos, a
sus enseñanzas debemos algunos
avances de la humanidad.
No obstante que luego, con el paso del
tiempo, otros las tergiversaron para
amoldarlas a sus intereses.
Son a estos hombres ladinos a los que
debéis erradicar de vuestro lado;
de lo contrario os confundirán con sus
lenguas de doble filo.
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