Son claveles...

Son claveles…


Son claveles los lienzos que te atan
A la rosa; claveles los suspiros
Donde perfuman desde tus letargos;
Silencios consumidos son tus labios,
Que vuelven de la ofensa a percibiros
Cual donde una floreada contextura,
Recibe de tus artes los motivos,
Imagen de carbunclos y de olivos…

Que vuelven a tus manos a vencer,
La fronda florecida con que brindas,
La astucia que tu boca en brisa ocupa
Y tus ojos preciosos que atesoran,
El blando movimiento de la noche:
Circunvalando estrellas vuelo de oro,
Que la durmiente copia transcurrida,
Esfuma si apacible en su tesoro…

Despiertas una llaga en la memoria,
De brisas que comparan artilugios;
Con la Trova sepulta de tus juegos,
Que vierte en mi laurel y en otros ruegos…
De la fortuna ociosa de tus alas,
Transcurre mi semántica amorosa:
Y en el preludio aljófar de la rosa,
Tu cuerpo va nevando la escultura…

Invicta se compara tu cintura,
La doncellez oculta de la noche,
Que turbio rosicler del oro en alba,
Cadencia oscura resplandece nueva…
Desnuda rosa te quieres clavel?
Imparte a tu deseo, Enamorada…
Que la jovial pintura de arancel,
Fue buena si hay deseo que la amara…

Se tiñe de las rosas tu suspiro…
Palabra dulce que emancipa el río…
Fragancias de arrecifes y de estío,
Que de tus labios dulces embriagaran…
Así ya no las rosas te postergan,
Ni la virtud del vuelo de tus ojos,
Es goce con deleite de mi trova,
Ni plegaria de azul, tu llama esbelta…

Son cadencias sin fin, ya no el verano
Las floreadas alcurnias de tu mano…


Alejandro Rodrigo Flagel