Erica Jong
Capitulo 1
"LA NOSTALGIA"
Era una mañana gris, el otoño se hacía presente por aquellas calles de mi ciudad, el viento soplaba.
Mientras en mi trayecto observaba como el sol intentaba asomarse, pero la nube grisácea le impedía totalmente el paso, el aire se sentía fresco, despeinaba mis largos cabellos rizados...subí el vidrio de mi carro encendí la radio…tomé un cigarrillo y me lo lleve a la boca, lo encendí. Mientras tanto en la radio sonaba una canción que me hizo remontarme hacia unos meses atrás…
Recordaba cuando te vi por primera vez…
Me detuve en un semáforo, arroje mi cigarro por la ventana, mire como una pareja se besaba, de esos besos ricos, que disfrutas aun cuando la gente te observa, era una pareja de edad madura, se veían enamorados, tomados de la mano, imagine por unos segundos, haber vivido así contigo…hubiese querido compartir mi vida a tu lado, cuidarte, ver por ti, tal vez tener un hijo, y un perro en casa…
Desperté de mi sueño pasajero, y continúe mi camino hacia el muelle…
Necesitaba estar conmigo, ausente de todo, para encontrar un poco de paz...buscaba el escape a todo lo sucedido entre tú y yo.
Llegue a mi destino.
Detuve mi carro en las orillas de aquel muelle, dirigí mis pasos por aquel pasaje, en el cual nos habíamos conocido. El panorama me era nostálgico, el entorno, gris, el aire con un poco de brisa…caminé hacía el muelle, la atmósfera que rodeaba el paisaje me era familiar, el aroma a humedad y a hojas secas, que esparcidas por el lugar, daban ese misterio mágico que encierra el otoño…
Mis pasos aplastaban las hojas color arena y rojizas, el aire seguía meciendo mis ondulados cabellos, la brisa que destilaba en aquel lugar me hizo nuevamente remontarme a los días vividos a tu lado, a las tardes que juntos caminábamos en ese muelle tú y yo…tomados de la mano…
Se vinieron los recuerdos a mí mente…
-“Me gusta estar contigo…en estas tardes, caminando juntos, sin importar más nada, me gusta estar a solas a tu lado Amanda…”
- A mí también Omar, disfruto los momentos que pasamos juntos...aunque estos sean esporádicos…
Baje la vista, pues al momento de llegar la despedida, realmente me dolía, porque no sabía cuando lo vería nuevamente.
-Lo sé Amanda, sé que los momentos que pasamos juntos son pocos e incluso breves, pero…
Te interrumpí:
-Sí, lo sé, tienes que llegar a tu casa, con tu familia, tú esposa…descuida, yo, solo trato de entenderlo;
Te paraste frente mío, levantaste mi rostro con tus grandes manos que yo amaba, me dijiste dulcemente:
-Tú sabes que con quien deseo compartir mi vida, es contigo Amanda, a quien amo…es a ti.
Besaste mi frente; cualquier duda que yo pudiera tener sobre el amor que me tenias, se disipaba…
-Lo sé Omar, sólo que no logro entender, que si a quien amas es a mí, porque no estas viviendo conmigo;
Me abrazaste y me refugie en tus brazos; me recargue en tu pecho, escuche el latido de tu corazón, la mejor de las melodías la encerrabas justo ahí…en tu pecho, me sentía tan privilegiada, de ser yo, quien la escuchaba en ese momento.
Volví de mi recuerdo a la dura realidad, me acerque al muelle, me senté a la orilla, contemplaba ese bello panorama grisáceo que la mañana resguardaba en su cielo, hacía frío…no se, si era por la temporada otoñal, o porque me hacían una enorme falta tus brazos.
Frote mis manos para calentarlas un poco.
Vire mi vista, a un costado mío vi aquel lugar en donde nos habíamos conocido;
Yo, estaba sentada en ese mismo lugar en donde ahora me encontraba, me refugiaba ahí cuando me sentía sola, a parte que me gustaba el ambiente que a ese lugar rodeaba, tenía unos meses de haber terminado una relación de pareja, así que o cada amanecer o en los atardeceres llegaba a ese lugar, para estar conmigo, escuchar mi voz interna para ver que seguía dentro de mi vida.
Escuché el crujir de la madera vieja de ese muelle, pero no le di importancia, ya que el lugar por lo general se encontraba a mucha gente, ya fuera caminando o paseando a sus perros, en fin, imagine que era alguien que al igual que yo, solo quería estar sentado contemplado el paisaje.
De repente una voz varonil me dijo:
-¿Siempre vienes a ver las tardes a este muelle sola?
¿Que a tú esposo no le gusta hacerte compañía?
Me reí, conteste inmediatamente:
-¿Que tú eres espía? Porque de otra manera no entendería como es que sabes que todas las tardes vengo a este muelle;
-No – respondiste.
- No solo vienes en las tardes, también en las madrugadas; no soy espía niña, pero sí soy un observador de la vida y me gusta observarte.
Mi atención al responder de esa manera se enfoco hacia a ti, cuando vi tu rostro mágicamente cambio todo; tu figura de hombre me llamo mucho la atención alto, pelo canoso, maduro, aproximadamente 38 años, una mirada penetrante, pero lo que más me gusto de ti, fue tu sonrisa tan espontánea, libre…tan de ti.
No pude evitar que con ese recuerdo se escapara un suspiro de mi interior, solamente baje mi cabeza y cerré los ojos por un breve segundo.
Pues el recuerdo de lo vivido aun hacía daño en lo más profundo de mí ser…
Gice Silva Rodríguez
Última edición por Myrross el Sáb Oct 16, 2010 2:43 pm, editado 4 veces (Razón : Micro Relato semanal sugerido por Moderador Recaredo.)
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