ALGUNAS VECES, AUNQUE NO LO CREAS; SUCEDE QUE EL SOL SE ENAMORA DE TI...
A mi me pasó una vez.
Ese día desperté con un dulce sabor a sol
en los labios.
Mi casa se iluminó
como si resplandeciera.
Y cuando salí a la calle
tenía un aura luminosa
que me hacía muy diferente
al resto de los mortales.
Jamás supe por que ese sol-hembra me eligió.
A mí,
que no tengo más gracia que estar vivo.
A mí,
Irredento, irreflexivo.
A mí,
que no hago otra cosa que curarme los flagelos de la espalda.
A mí…
justamente a mí.
Si estaba nublado
sólo yo tenía un rayo de sol
que se filtraba entre las nubes
como un milagro.
Si era de noche
la luna no hacía otra cosa
que enviarme mensajes de amor
del sol.
Y cuando amanecía
el sol dibujaba en mi rostro de nuevo
una sonrisa.
Para que yo me levantara
y mi vida fuera mejor.
Pero un día todo terminó.
¿Qué quieres que te diga…?
Así es el amor.
Ese sol-hembra dirigió su luz a otro.
(Seguramente a alguien mejor…)
Y la casa volvió a ser fría,
oscuridad en los días nublados
y yo en la calle
como siempre
tan mortal como uno de tantos…
El amor del sol se fue
y llegó la soledad.
Por eso,
si alguna vez te sucede
que el sol se enamora de ti, cuídalo.
Cuida ese amor.
Por que estamos tan acostumbrados
a que nos ocurran cosas siempre nefastas.
Que cuando surge algún milagro como éste.
Perdemos el tiempo.
Escribiendo nuestro nombre con el dedo
esos días de frío,
en el vaho de las ventanas.
.
A mi me pasó una vez.
Ese día desperté con un dulce sabor a sol
en los labios.
Mi casa se iluminó
como si resplandeciera.
Y cuando salí a la calle
tenía un aura luminosa
que me hacía muy diferente
al resto de los mortales.
Jamás supe por que ese sol-hembra me eligió.
A mí,
que no tengo más gracia que estar vivo.
A mí,
Irredento, irreflexivo.
A mí,
que no hago otra cosa que curarme los flagelos de la espalda.
A mí…
justamente a mí.
Si estaba nublado
sólo yo tenía un rayo de sol
que se filtraba entre las nubes
como un milagro.
Si era de noche
la luna no hacía otra cosa
que enviarme mensajes de amor
del sol.
Y cuando amanecía
el sol dibujaba en mi rostro de nuevo
una sonrisa.
Para que yo me levantara
y mi vida fuera mejor.
Pero un día todo terminó.
¿Qué quieres que te diga…?
Así es el amor.
Ese sol-hembra dirigió su luz a otro.
(Seguramente a alguien mejor…)
Y la casa volvió a ser fría,
oscuridad en los días nublados
y yo en la calle
como siempre
tan mortal como uno de tantos…
El amor del sol se fue
y llegó la soledad.
Por eso,
si alguna vez te sucede
que el sol se enamora de ti, cuídalo.
Cuida ese amor.
Por que estamos tan acostumbrados
a que nos ocurran cosas siempre nefastas.
Que cuando surge algún milagro como éste.
Perdemos el tiempo.
Escribiendo nuestro nombre con el dedo
esos días de frío,
en el vaho de las ventanas.
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Última edición por quetzal vallejo el Sáb Abr 24, 2010 4:13 am, editado 1 vez
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