Fiebre
Puede mi labio aunar única fiebre
Que ya no es distinguida por morada
Redime solitaria oscura noche,
Al oportuno vaso que ensimismas
Tormentas, y de fuego destilado,
Retórico silencio que lo entiende
Los mares y la noche enamorada:
Por oportunidad asciende un labio…
En otro, con destello apasionado,
Y merma cuando al labio este replica
Con otro beso el labio que duplica
Y tres aromos blancos lo ilusionan,
De tres heridas flores que aborrascan
Sus tres tormentas célibes llanuras,
Que un ojo en tu mirada no embellece;
Para cortejos labios que apasionan…
Y dulcifica el filo de tus párpados,
Ignotos como cerros de tu arte,
Pueriles como labios de hojarascas
Que tu templada noche no acrisola:
Pero bebe, con agua de la lluvia,
En las bodas que de arte dulcifican
Soñadas las herrumbres de nostalgia,
A corazones bellos, sin fatiga…
Pero la dulce noche trae consigo,
Otros consuelos tactos del heraldo
Que son caricias cuando agua en el seno
No son sólo perfumes derramados,
De la fragancia que acacias floridas
Desnudan para ti para tus manos,
Como la primavera, floreciendo
Y el agua de la lluvia aún mojando…
Cual acendro de única figura,
La noche emerge estrellas que del oro
Y la plata de árboles que enuncian,
Tan apacibles buscan su tesoro
De labios de rubíes en tu boca,
Y sombras de topacio junto al cedro
Qué la boca del arte, un solo coro
Cristales reverbera de tus hiedras…
El sueño junto a mí sólo ha hechizado,
Estrellas que en tus ojos me han besado…
Alejandro Rodrigo Flagel
Puede mi labio aunar única fiebre
Que ya no es distinguida por morada
Redime solitaria oscura noche,
Al oportuno vaso que ensimismas
Tormentas, y de fuego destilado,
Retórico silencio que lo entiende
Los mares y la noche enamorada:
Por oportunidad asciende un labio…
En otro, con destello apasionado,
Y merma cuando al labio este replica
Con otro beso el labio que duplica
Y tres aromos blancos lo ilusionan,
De tres heridas flores que aborrascan
Sus tres tormentas célibes llanuras,
Que un ojo en tu mirada no embellece;
Para cortejos labios que apasionan…
Y dulcifica el filo de tus párpados,
Ignotos como cerros de tu arte,
Pueriles como labios de hojarascas
Que tu templada noche no acrisola:
Pero bebe, con agua de la lluvia,
En las bodas que de arte dulcifican
Soñadas las herrumbres de nostalgia,
A corazones bellos, sin fatiga…
Pero la dulce noche trae consigo,
Otros consuelos tactos del heraldo
Que son caricias cuando agua en el seno
No son sólo perfumes derramados,
De la fragancia que acacias floridas
Desnudan para ti para tus manos,
Como la primavera, floreciendo
Y el agua de la lluvia aún mojando…
Cual acendro de única figura,
La noche emerge estrellas que del oro
Y la plata de árboles que enuncian,
Tan apacibles buscan su tesoro
De labios de rubíes en tu boca,
Y sombras de topacio junto al cedro
Qué la boca del arte, un solo coro
Cristales reverbera de tus hiedras…
El sueño junto a mí sólo ha hechizado,
Estrellas que en tus ojos me han besado…
Alejandro Rodrigo Flagel
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