Idéntica a la Rosa

Idéntica a la Rosa

Por cautivo heraldo, de su anhelado soplo,
unge melindrosa acogedor tributo,
con dulzor casta, de su naufragio luto,
el rostro del amor, en su vanguardia, escoplo…
De su mirada llegue, a su causal, endrina,
sofisticado pelo, de su paciencia innata,
por coloquial, celeste, de su bravura abata
la lentitud del claro, que su sopor designa…

Por cautiverio, amando, su desolado labio,
en otro rostro cierto, de su altivez ingrata,
frescura alimentando, de mi paciencia grata
herrumbre y sacrilegio, de mi bandada, ennovio…
Sólo de sus labios, encontré su cortesía,
ambivalente cambio, que su lustrosa seña,
en otro rostro mudo, cual altivez isleña,
de esotra voz hendida, a cautivarme, ansía…

De su rescoldo, viaje, inigualado beso
en rostro de senderos, que la paz, en otro labio,
por contentar un sabio, redil de rastros preso,
anidara en su follaje, cual entintando oprobio…
De su silente Música, al altruismo, nadie
fue buscar ileso, su cautiverio indemne,
hasta sitiar un beso, derramado y ya perenne,
en su mejilla tierna, y suavidad asedie…

Música, y heraldo, por cautivar un trance,
desnudo en su romance, por no tratar un labio:
desnudo en mi agonía, por cautivar avance,
mi rostro en mí latía, por contentar agravio…
Sueño de frescuras, de süeños de belleza,
hasta sitiar un beso, con labios de cereza,
ó aletargados claros, de súbita presteza,
arrojan en mis labios, de su pueril grandeza…

En otro oro pinta, atardecer, comando,
su desunido manto, de sorda multitud
desde su ocio, dime, han de venir saciando,
su otro rostro divino, por cautelar virtud…
Es hora de tus labios, mejilla desamparada-
que tu privado celo, augusta ha de letrarla,
para saciar el toque, que mi pudor, amada
busca en tu cautiverio, cual celestial al darla…

Mejilla tierna ó labio de virtud:
aplacará mi beso, tu ingrata juventud…

Será en su soledad voluptuosidad a ojos inquieta.Sin embargo no ser de nadie: Rosa preciosa de vanidad.
Saludos.