Introduzco las alas en el vüelo,
cual ágata de sombra, cual luz en tu pañuelo
cual ala que se herrumbra sobre sostenido cïelo
mirífico se hunde la voz desde tu anhelo…
Cual sombra en sólo acecho, de luz en tu mirada
hirïera de mi vacuo rocín de pez espada
acecho que no fuera cardumen de mi amada
gallarda aún acentuando la sombra en la pisada…
Altivo vuelo, en sombras, en ardor
cual la clemátide del tiempo, desmembrada
a tu océano en la flor tan perfumada
que sólo trova de tu beso, mi color…
Cual ala cierra, contra ala el verso herido,
que sólo atañe lo profuso, libertino
desde tu hora el terraplén de tu gemido
adarga enseña aún el clavël, desnudo, endrino…
De sólo sombra y luz canta el querube
de sólo alga bajo el mar de tu simiente,
en oro puebla el ardor tu misma frente
enseña alas a nadar frente a una nube…
Y bajo el cielo de tu ágata sombría,
el sólo ardor de la flecha vasta, umbría
al sólo asedio de mis ojos en la niebla
distingue alas de tu sombra, me despuebla…
Canta tu verso cual numen nacarado
en sólo océano de miel, de bruno acecho,
desde mi sombra cual carmín mudo en tu pecho
oleaje en tu desnudo de fémina me ha amado…
De sólo ciego ärdor cual mudo bálsamo
endecha ágil a tu flor, a tu vehemencia
de sólo nieve a tu blanca luz que amo
ó sólo cirio de tu noche de coherencia…
Desnuda, alas en tu bóveda liviana
gentil, celeste, de tu asidua muda grana
así destemple de tu flor la flor temprana
que sólo asedia en tu bermeja luz, devana…
Asida sólo en noche, en el crepúsculo que invita
a tu motivo, verde flor, enamorada
de luz tan prístina cual fuga perfumada,
ó sólo cielo de mi flor, del beso que me excita…
Muda la flor, hace el gemido de mi llanto
en voz tan acerada, la sombra de mi espanto
cual la gallarda Náyade que, altiva
perfuma mi silencio en mi voz tan fugitiva…
De Cielo enseñas tus flores que demuestran
de tu belleza el mismo azor que la luna hace cabría,
en mi voz, en mi latido, en mis ojos que se frustran
al ver de las estrellas aquél sol, noche sabría…
Helado, sin mi pluma, agoniza mi despecho,
florecida en la pasión, tú me abrigas en el pecho…
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