Un camino para todos

Un camino para todos

He aquí para ustedes, mis hermanos,
este pequeño anhelo que conquisto con verlos,
con sostener mi mano entre las manos que sostienen
ustedes cada día como el trigo entre los campos.
He aquí la bondad que aprendí de esas estrellas,
que, gélidas, lejanas, no dudaron en dar brillo
cuando en mi llanto duplicadas me las devuelve el infinito,
enseñándome que amar no es poca entrega para un hombre.
He aquí mi corazón, maltrecho como un viejo perro,
que sin embargo sigue fiel a su amo, el ciego empeño,
al convertir la soledad en una plaza para todos,
al levantar la flor de los dolientes como un triunfo
de la hermanada voluntad de los que se unen en el fuego
y al declarar su amor, única forma de sus días,
como la red final para que caiga el tiempo bueno.
He aquí que cantaremos, porque el cielo lo promete
y porque se unen nuestras voces al calor de las viejas estrellas perfumadas.

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06 05 14