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por Al rostro que es mi sombra en el espejo,
y llama, y son mil llamas su reflejo
cardumen de aguas turbias, sólo viejo
su idéntica forma nace al alba, en entrecejo...
A la sola mirada, de diurno sofoco y níveo trance
cual estupor baldado en solo aliento,
a su desvelo encofrado en el sustento
de noche bruna, y estrella que es alcance...
Al rostro que es mirada y sombra yace
de su desnudo eco, aleve, mientras trace
desnudos cantos de tan leve manto encierra
así descalza de su sombra y ya la tierra...
Voz que prepara la esbeltez y ya su ornato
del furor que no amara la ironía que percato
en su solo ardor, la quimera que retrato,
y hace voz de su murmullo centinela a su mandato...
Dócil, trémulo, baluarte sólo arpegio, la muralla
de su sömbra al lento ardid, que se pliega a la batalla
de su nombre que es reflejo en la quimera y agua al canto
dos ruiseñores que fermentan la luna en su quebranto...
De las ramas, albedrío se confrontan en mitades
y ya su treno no se asombra ni se eleva en las edades
de este solo llanto que se herrumbra en mis mejillas,
sobre el desvelo de tus ascuas, la marea a hurtadillas...
Sólo ciega el velcro de su sombra en lentos cauces,
llamado en voces arduas, y marëa en ocio, adarmes
de tan rústicas, soñadas brumas quedas, luz que armes
sobre el celo de las sombras en estrellas tan fugaces...
Sólo alienta el cerro, la bandada de su aliento,
fugaz en el desmedro, a su fortuna y sólo cieno,
que el desliz de tu figura sólo acierta en tu fragmento
a descubrir la voz tan muda que hace voz, tu solo seno...
Anoche era la figura, y no fue más que tu derrame,
ausente, enhiesta, prefiguraban tus latidos: yo te ame.
y llama, y son mil llamas su reflejo
cardumen de aguas turbias, sólo viejo
su idéntica forma nace al alba, en entrecejo...
A la sola mirada, de diurno sofoco y níveo trance
cual estupor baldado en solo aliento,
a su desvelo encofrado en el sustento
de noche bruna, y estrella que es alcance...
Al rostro que es mirada y sombra yace
de su desnudo eco, aleve, mientras trace
desnudos cantos de tan leve manto encierra
así descalza de su sombra y ya la tierra...
Voz que prepara la esbeltez y ya su ornato
del furor que no amara la ironía que percato
en su solo ardor, la quimera que retrato,
y hace voz de su murmullo centinela a su mandato...
Dócil, trémulo, baluarte sólo arpegio, la muralla
de su sömbra al lento ardid, que se pliega a la batalla
de su nombre que es reflejo en la quimera y agua al canto
dos ruiseñores que fermentan la luna en su quebranto...
De las ramas, albedrío se confrontan en mitades
y ya su treno no se asombra ni se eleva en las edades
de este solo llanto que se herrumbra en mis mejillas,
sobre el desvelo de tus ascuas, la marea a hurtadillas...
Sólo ciega el velcro de su sombra en lentos cauces,
llamado en voces arduas, y marëa en ocio, adarmes
de tan rústicas, soñadas brumas quedas, luz que armes
sobre el celo de las sombras en estrellas tan fugaces...
Sólo alienta el cerro, la bandada de su aliento,
fugaz en el desmedro, a su fortuna y sólo cieno,
que el desliz de tu figura sólo acierta en tu fragmento
a descubrir la voz tan muda que hace voz, tu solo seno...
Anoche era la figura, y no fue más que tu derrame,
ausente, enhiesta, prefiguraban tus latidos: yo te ame.
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» Tu cuerpo se desviste...
» Déjame unir mi mano con la tuya...
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» Memoria de tu luz, cuerpo bohemio...
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