La inquieta noche

La inquieta noche

No me pidas más sangre, no me queda
ni una gota, al crepúsculo pregúntale,
al cóndor que devora a su conejo,
a la rosa que palideció por ver que te ibas.
No tengo corazón, esto que suena
bajo la caja de mi pecho es un recuerdo,
es un violín de cuerdas rotas que te extraña,
es el tambor que poseyó tu cuerpo a medianoche.
No tengo soledad, lo que me habita
es toda la extensión del amor nuestro,
de tanta tempestad vuelta naufragio,
de tanto naufragar que dio a una playa
en donde el sol y las gaviotas nos salvaron,
en donde al abrazarnos el olvido quedó atrás
y la vida por delante con nosotros en su ruedo.
No tengo madrugar, lo que ha pasado
es que he dormido mal, la pesadilla
de no verte de un salto me despierta,
pero tú estás aquí y a ti me abrazo,
el resto es no dormir por poseerte,
y es que, amor, junto a ti no tengo ya más sueño.

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29 01 13