BUSCANDO UNA RESPUESTA.
Es una historia cualquiera, llena de tipos y cielos sin estrellas.
Caminando está Mario, buscando respuesta a lo que el considera la verdad. ¿Pero cual es la verdad que busca? ¿Porque a de seguir empeñándose en buscar la verdad.
Mario: ¿Es posible encontrar un paraíso en este mundo?
Sí todo lo que veo es pura maldad.
Sí mis ojos sólo ve, un mundo estéril, que se muere cada día. Es agonizante, no poder encontrar una respuesta a está soledad.
Sí hubiera una respuesta a mi pregunta, sería eternamente feliz.
- Alguien propuso a dios para salvación del mundo y todos creyeron en el.
- Pero el falso profeta encadeno al creyente, no lo dejó pensar.
Y el que estaba en su contra, murió en manos de la salvación, se hizo la guerra y se mató en su nombre.
- Otro puso, una nueva religión de ídolos de barro, donde cada quién creía en su deidad, todos podían ser dioses, pero ninguno pudo controlar a su credo y se volvieron piezas de rompecabezas.
Empezó su lucha por alcanzar su mayoría, pero eran débiles, como su pensamiento y ninguno alcanzó la gloria que buscaba.
- Sin pensar, otro creo una máquina que pensaba.
Ella daba respuestas a todas las preguntas.
La gente gritaba enardecida, este es el heredero de la verdad. Llegaron los gobiernos de todo el mundo y se inclinaron, le dieron el título de bendita o sagrada. Pero alguien que estaba dormido despertó y con voz tenue y firme pregunto:
¿Que son los sueños cuando duermo?
¿Que es la vida cuando enfermo?
La máquina no respondió, pues carecía de emociones, su cuerpo no latía, era una máquina fría, dotada de un cerebro mecánico, para dar respuestas concretas y no efímeras.
Todos se alejaron tristes, con la cabeza en el suelo.
-Indagaron en los libros de los tiempos febriles y nada encontraron.
Buscaron en las iglesias y los santuarios, sólo encontraron tipos tontos.
Hallaron en las máquinas las mentes enfermas de los que así mismo se llamaban sabios.
Sus conquistas hablan por ellos, era gente alejada de la realidad, pero ninguno pudo responder a lo que se le preguntaba.
- A lo lejos un hombre predicaba, no daba respuestas sólo preguntaba y todos conocían las respuestas. Esto es fácil decía la gente. Pero los sabios filosofaron y le preguntaron. Maestro: ¿Es posible encontrar un paraíso en este mundo?
Amar los unos a los otros y allí está tú paraíso.
Pues querrás lo mejor para tú hermano y tú hermano querrá lo mejor para ti.
-El profeta incrédulo y viendo que sus fieles se alejaban, también pregunto.
-Maestro: Sí es posible encontrar un paraíso. ¿Que son los sueños cuando duermo? Entonces el hombre que predicaba le contestó. ¿Que eres tú, te conoces a ti mismo? Eres parte de un todo, pero a la vez, eres parte de nada. Tú vida es un sueño que se convierte en pesadilla, cuantas veces quieras, es tierno, es dulce, es amargo o cruel.
Es allí tú bien y tú mal, no intermedios. Al cielo o al infierno, pero no a un purgatorio.
El purgatorio sólo existe en tú mente y no en tú corazón.
Piensa y razona, no con la mente, sino con tú corazón.
-Los hombres fieles a los ídolos también preguntaron,
-Maestro:
¿Que es la vida cuando enfermo?
Aquel hombre movió la cabeza y contestó:
Es que aún no has entendido, para que te sirve pelear, sino sabes para que estas peleando. Para que te sirven los ídolos de barro, sus sacrificios, sino te pueden contestar.
La respuesta eres tú.
Ama y déjate amar por los demás, pues el destino lo manejas tú.
La vida es un sueño y morir el despertar.
Sigue dormido creando mundos ideales para vivir, no mates tú inocencia, que allí radican los sueños más hermosos, llenos de esperanza.
Tú eres la persona enferma, la que prefiere el suicidio, a una muerte lenta y arrogante, alagan te destino de un hombre que no cree en la vida.
Que ha vivido en un mundo hueco y frío, sin conocer el otro lado de la luz, donde se es feliz, se conoce, se convive con armonía. Entonces el hombre su puso de pie, agarró su báculo.
Y le dijo a la muchedumbre:
Ama a un hermano como a ti mismo y tendrás la respuesta a lo que buscas.
Mario: Término mi búsqueda entre la paz y la armonías, amar los unos a los otros.
Autor Alejandro García Hernández.
Angelsinparaiso
Es una historia cualquiera, llena de tipos y cielos sin estrellas.
Caminando está Mario, buscando respuesta a lo que el considera la verdad. ¿Pero cual es la verdad que busca? ¿Porque a de seguir empeñándose en buscar la verdad.
Mario: ¿Es posible encontrar un paraíso en este mundo?
Sí todo lo que veo es pura maldad.
Sí mis ojos sólo ve, un mundo estéril, que se muere cada día. Es agonizante, no poder encontrar una respuesta a está soledad.
Sí hubiera una respuesta a mi pregunta, sería eternamente feliz.
- Alguien propuso a dios para salvación del mundo y todos creyeron en el.
- Pero el falso profeta encadeno al creyente, no lo dejó pensar.
Y el que estaba en su contra, murió en manos de la salvación, se hizo la guerra y se mató en su nombre.
- Otro puso, una nueva religión de ídolos de barro, donde cada quién creía en su deidad, todos podían ser dioses, pero ninguno pudo controlar a su credo y se volvieron piezas de rompecabezas.
Empezó su lucha por alcanzar su mayoría, pero eran débiles, como su pensamiento y ninguno alcanzó la gloria que buscaba.
- Sin pensar, otro creo una máquina que pensaba.
Ella daba respuestas a todas las preguntas.
La gente gritaba enardecida, este es el heredero de la verdad. Llegaron los gobiernos de todo el mundo y se inclinaron, le dieron el título de bendita o sagrada. Pero alguien que estaba dormido despertó y con voz tenue y firme pregunto:
¿Que son los sueños cuando duermo?
¿Que es la vida cuando enfermo?
La máquina no respondió, pues carecía de emociones, su cuerpo no latía, era una máquina fría, dotada de un cerebro mecánico, para dar respuestas concretas y no efímeras.
Todos se alejaron tristes, con la cabeza en el suelo.
-Indagaron en los libros de los tiempos febriles y nada encontraron.
Buscaron en las iglesias y los santuarios, sólo encontraron tipos tontos.
Hallaron en las máquinas las mentes enfermas de los que así mismo se llamaban sabios.
Sus conquistas hablan por ellos, era gente alejada de la realidad, pero ninguno pudo responder a lo que se le preguntaba.
- A lo lejos un hombre predicaba, no daba respuestas sólo preguntaba y todos conocían las respuestas. Esto es fácil decía la gente. Pero los sabios filosofaron y le preguntaron. Maestro: ¿Es posible encontrar un paraíso en este mundo?
Amar los unos a los otros y allí está tú paraíso.
Pues querrás lo mejor para tú hermano y tú hermano querrá lo mejor para ti.
-El profeta incrédulo y viendo que sus fieles se alejaban, también pregunto.
-Maestro: Sí es posible encontrar un paraíso. ¿Que son los sueños cuando duermo? Entonces el hombre que predicaba le contestó. ¿Que eres tú, te conoces a ti mismo? Eres parte de un todo, pero a la vez, eres parte de nada. Tú vida es un sueño que se convierte en pesadilla, cuantas veces quieras, es tierno, es dulce, es amargo o cruel.
Es allí tú bien y tú mal, no intermedios. Al cielo o al infierno, pero no a un purgatorio.
El purgatorio sólo existe en tú mente y no en tú corazón.
Piensa y razona, no con la mente, sino con tú corazón.
-Los hombres fieles a los ídolos también preguntaron,
-Maestro:
¿Que es la vida cuando enfermo?
Aquel hombre movió la cabeza y contestó:
Es que aún no has entendido, para que te sirve pelear, sino sabes para que estas peleando. Para que te sirven los ídolos de barro, sus sacrificios, sino te pueden contestar.
La respuesta eres tú.
Ama y déjate amar por los demás, pues el destino lo manejas tú.
La vida es un sueño y morir el despertar.
Sigue dormido creando mundos ideales para vivir, no mates tú inocencia, que allí radican los sueños más hermosos, llenos de esperanza.
Tú eres la persona enferma, la que prefiere el suicidio, a una muerte lenta y arrogante, alagan te destino de un hombre que no cree en la vida.
Que ha vivido en un mundo hueco y frío, sin conocer el otro lado de la luz, donde se es feliz, se conoce, se convive con armonía. Entonces el hombre su puso de pie, agarró su báculo.
Y le dijo a la muchedumbre:
Ama a un hermano como a ti mismo y tendrás la respuesta a lo que buscas.
Mario: Término mi búsqueda entre la paz y la armonías, amar los unos a los otros.
Autor Alejandro García Hernández.
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