I ACTO, ESCENA DOS.
JUNTO A UNA DE LAS FUENTES DE PIEDRA EN LAS AFUERAS DEL PUEBLO.
-ROKAN: Pobre de mí, iluso penitente de la incomprensión más denigrante. Vagabundo durante toda su existencia y enjuto arquitecto de esperanzas baldías que no logra abstraerse al manto de la miseria predestinada.
Pobre realidad extraviada, que manipula cada sigiloso amanecer con escarnio. Me desnuda de toda potestad de esconderme a su infame mano, a su desventurada desdicha, como si las alas del ruiseñor de los avernos pernoctasen en mi hado con el rigor del rocío del lacerante pecado.
¿Acaso la injusticia y sus inclementes madrigales ensañasen su litúrgica perdición en mi alma con presteza sólo por amar contra natura, o simplemente ha resuelto mancillar todo atisbo de felicidad en mi ser por la rebeldía de mis ojos y la negación persistente de mi mente a dejarse abatir?
Si tan solo la locura, triste embaucadora, decidiese a pavimentar la senda del desvarío en mi conciencia, y así eludir la inquebrantable voluntad de la soledad impuesta por esta suerte de muerte en vida, quizás alcanzaría a contemplar alguna alternativa al tumultuoso océano de dudas y desasosiegos que me consume
…Muerte, titán depredadora de talante feroz; ¿Será que tu aciaga fechoría, tu perpetua crueldad eclipsante, podría rehabilitar el vacío de mis suspiros o tan solo sirves al inclemente criterio superior de aquéllas perfectas y dogmáticas leyes que me persiguen solamente por amar como lo hago?
Pues aunque mil eras desfilasen por la avenida de los tiempos, con parafernalia y rimbombancia, hasta encumbrarse en los misterios de esa mal llamada “vida eterna” que para mí no es más que un ineludible vacío, no podría arrancar este sentimiento de mi alma. Pues aunque me precipitase en extraviada caida, hasta recorrer la Estigia laguna en la temible compañía del cadavérico barquero, al final de esta torpe y menesterosa existencia, mi anhelante corazón latiría cada vez más afligido y más destartalado.
No puedo pretender mayor tranquilidad que la de caminar por estos prados; Pero mis pies descalzos, no sienten más que guijarros. Y no puedo sino contemplar más que belleza y perfecta naturaleza. Pero en mis resignadas retinas solo figuran sombras indelebles, incapaces siquiera de imitar tu maravillosa semblanza, tu inmaculada esencia.
Solo pronunciar tu nombre, mi amor, estremece con prurito mi espíritu, recordar la fragancia de tus cabellos húmedos, el candor de tu azul mirada, el brillo de tu marfilina piel...
CONTINUARÁ…
JUNTO A UNA DE LAS FUENTES DE PIEDRA EN LAS AFUERAS DEL PUEBLO.
-ROKAN: Pobre de mí, iluso penitente de la incomprensión más denigrante. Vagabundo durante toda su existencia y enjuto arquitecto de esperanzas baldías que no logra abstraerse al manto de la miseria predestinada.
Pobre realidad extraviada, que manipula cada sigiloso amanecer con escarnio. Me desnuda de toda potestad de esconderme a su infame mano, a su desventurada desdicha, como si las alas del ruiseñor de los avernos pernoctasen en mi hado con el rigor del rocío del lacerante pecado.
¿Acaso la injusticia y sus inclementes madrigales ensañasen su litúrgica perdición en mi alma con presteza sólo por amar contra natura, o simplemente ha resuelto mancillar todo atisbo de felicidad en mi ser por la rebeldía de mis ojos y la negación persistente de mi mente a dejarse abatir?
Si tan solo la locura, triste embaucadora, decidiese a pavimentar la senda del desvarío en mi conciencia, y así eludir la inquebrantable voluntad de la soledad impuesta por esta suerte de muerte en vida, quizás alcanzaría a contemplar alguna alternativa al tumultuoso océano de dudas y desasosiegos que me consume
…Muerte, titán depredadora de talante feroz; ¿Será que tu aciaga fechoría, tu perpetua crueldad eclipsante, podría rehabilitar el vacío de mis suspiros o tan solo sirves al inclemente criterio superior de aquéllas perfectas y dogmáticas leyes que me persiguen solamente por amar como lo hago?
Pues aunque mil eras desfilasen por la avenida de los tiempos, con parafernalia y rimbombancia, hasta encumbrarse en los misterios de esa mal llamada “vida eterna” que para mí no es más que un ineludible vacío, no podría arrancar este sentimiento de mi alma. Pues aunque me precipitase en extraviada caida, hasta recorrer la Estigia laguna en la temible compañía del cadavérico barquero, al final de esta torpe y menesterosa existencia, mi anhelante corazón latiría cada vez más afligido y más destartalado.
No puedo pretender mayor tranquilidad que la de caminar por estos prados; Pero mis pies descalzos, no sienten más que guijarros. Y no puedo sino contemplar más que belleza y perfecta naturaleza. Pero en mis resignadas retinas solo figuran sombras indelebles, incapaces siquiera de imitar tu maravillosa semblanza, tu inmaculada esencia.
Solo pronunciar tu nombre, mi amor, estremece con prurito mi espíritu, recordar la fragancia de tus cabellos húmedos, el candor de tu azul mirada, el brillo de tu marfilina piel...
CONTINUARÁ…
Última edición por rodrigotoro el Lun Ago 30, 2010 11:47 pm, editado 1 vez (Razón : ESTRUCTURA DE LA HISTORIA. Agradezco a mi amigo Recaredo por su guia.)
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