El pecado más grande

Una sonrisa,
una matanza,
un mensaje
y una señal acostumbrados a pervertir,
sí.

La divinidad es el que escribe,
el que lee,
el que muere
y el que mata.

Hoy me ha abandonado todo ritual,
toda masacre espiritual
y vestidos fúnebres sin respeto.

Palabras,
pérdidas de tiempo en cajas abiertas tragadas
por la soberbia de los discípulos.

Terminologías estúpidas de conocimientos,
Energía vital, astral…
y demás vilezas en sus azares.

El pensamiento es el pecado mismo.

Pesadillas para encontrar una meta por la mitad
en los libros impostores,
novias infieles por placer de decadencia.

Sabios agrediendo sin corazón ni pene.
Un capitulo no escrito ni descifrado
es lujuria o mentira.

Anticristo también la mente,
con mi locura como huella
en cada evento de emociones.
Esculpiendo su destrucción,
la de la muerte,
con música estúpida.

Instituciones y prejuicios
para regocijarse en la huida pálida.
Mente ínfima,
fingida y doliente.

Cuántos escorpiones llevo en mis llamadas,
sé que en silencio yo soy sin mentiras.


No, maestrito de humo.
Ve a engañar a otros,
pon tus sucias manos
sobre tu discípulo más honesto desnudo.
Abusa de él como si fuera una perra enferma desesperada.
Sé que te gusta.
Yo permanezco callado,
oculto,
sexual,
en samadhi.

Vomito al pensar quien me siga,
No más verdad para nadie.
Soltad mi corazón.
Sólo respiro de madre en madre,
única en todas.

Pero mostrarte toda falsedad agonizante,
existencia endeble irreverente,
será divertido y espiritual.

Si quieres saber la Verdad
ve hacia ti mismo,
a ninguna parte.

[b]Conforme avanzo por tus letras, más me identifico con tu pensamiento; sigue así amigo, me encanta tu versar.Recaredo.