A mi me gusta caminar para llegar a ningún lado, una ves mas estaba haciendo nada divagando tonteras. Al pasar muy cerca de una antigua casa casi ya derruida. Una voz me llamó desde dentro. ¡Oye tú…! ¿Tú eres Alcibíades…? Efectivamente conteste… En qué puedo servirles buen hombre conteste. Él ya estaba lleno de años. Me dijo con voz de anciano medio entrecortado. Creo que a usted le interesan las mentiras… no; déjeme explicar mejor, las ficciones. Quiero contarles algo que parecerá ficción pero es real. Usted puede redactar como quiere, como realidad o mentira ya no me interesa a esta altura de mi vida.
Empieza este fascinante relato veinte años atrás en el Parque de María Luisa. Cuatro años y medio de verdadero amor que el tiempo y la veleidosa fortuna deshilacha. Continúa un 15 de Agosto de 2.010, Santuario de la Virgen de la
Victoria, de Santa Catalina, Cripta-Panteón de los Condes de Buenavista, de descendencia portuguesa, del fuego se salvó cuando devoró el Sur de Brasil. Los esqueletos toman de la mano a damas y señores y los conducen a la tribuna de la Muerte que espera paciente, junto a su fiel esposa, sentada en un timbal, quien, después de cercenar cuellos y gargantas, siembra de cráneos y blancas osamentas el fondo ennegrecido de las bóvedas.
¡Cómo entre mis manos te resbalas…! ¡OH, cómo te deslizas, alma mía…!
¡Qué mudos pasos traes, carcasa fría…! ¡Pues con callado pie todo lo igualas…!
Trato en vano de restaurar la primitiva esencia de aquellos seres vacíos de carne y llenos de congoja.
Bajo los arcos de la Iglesia se produce el encuentro. El cura arrastro unos pasos el gran cruz de madera hasta que quedó aplastado por ella. Altiva, esbelta y señorial como ella misma, un cigarrillo enmascara el rojo reventón de sus labios lascivos.
- Hola, Asilbeira - ¡Cómo…! ¿Tu, o eres un ensueño?- (el dulce o el amargo) Soy la hija de los dos-. Qué espectro fantasiíta esta viviendo mis decesillos
- Divino ensueño, estampa rediviva de un amor del pasado venturoso.
Dime tú, mariposa del viento, pajarillo de espuma, ¿cómo me reconoces?
- Lo mucho que mamá me habló de ti- ¿Y qué quieres? ¿Por qué me buscas?
- Vengo por ti. Han salido hacia Santo Tomé y tengo cinco días para ti que quiero sean para mi... en mi pisito... junto a la Alameda.- Me dejas muerto,
- Dame la mano, vamos... nos damos las manos, que en realidad son hueso desnudos sin carne. Cruzamos el Parque, ya estamos sentados en el sofá, cara a cara (que en algún tiempo fueron) comienza lo indecible.- ¿Cómo fue tu amor con ella?- Sólo tengo un medio de explicarte... abre la boca. (O sea la mandíbula de dientes).Los besos tienen sabor doble, si doblemente putrefactos. Pedimos que la noche apresure sus pasos y nos cubra con su oscuro misterio. Brillaron nuestros cuerpos a la luz de un candelero y el sexo fue puro, el placer y la pasión corren a dúo por las alfombras del dormitorio, (las charcazas y las almas). Ya somos cuatro. La mañana se precipita con una sábana de luz que nos aturde.- Cuando la lluvia cae se funde el hielo, y cuando me acaricias se quema el fuego, aún es muy temprano, nos queda tiempo... amor no marches, que tengo miedo ¿cómo...? (el murto se asusta del degollado)- ¿Nos vemos esta tarde?- No puedo, mi novia me espera para ir al cine. ¿La quieres tanto como a mi madre? - Tanto como a ti, mi amor. Debo partir.- La vida y las gentes se están vistiendo, y tú tienes que irte con todos ellos, te esperan tus amigos el campo, sí de campo santo, tal vez, expuesto al sol y el viento. Adiós mi amor soñado, tu sabes que te quiero mas halla de la tumba.
Aquí tienes tu casa o tu caja, dijo… el sol está naciendo. Pero ante, el se marchó en un traje vacío en realidad iba mirando el vacío desde el fondo de vacíos de sus ojos, mientras se perdía sobre el puente de Uruguayana. Junto a la Alameda la altiva mariposa del viento esperando otro incendio de cementerio en nido de madera entre pinos de vientos.
Autor: Alcibiades Noceda Medina
Empieza este fascinante relato veinte años atrás en el Parque de María Luisa. Cuatro años y medio de verdadero amor que el tiempo y la veleidosa fortuna deshilacha. Continúa un 15 de Agosto de 2.010, Santuario de la Virgen de la
Victoria, de Santa Catalina, Cripta-Panteón de los Condes de Buenavista, de descendencia portuguesa, del fuego se salvó cuando devoró el Sur de Brasil. Los esqueletos toman de la mano a damas y señores y los conducen a la tribuna de la Muerte que espera paciente, junto a su fiel esposa, sentada en un timbal, quien, después de cercenar cuellos y gargantas, siembra de cráneos y blancas osamentas el fondo ennegrecido de las bóvedas.
¡Cómo entre mis manos te resbalas…! ¡OH, cómo te deslizas, alma mía…!
¡Qué mudos pasos traes, carcasa fría…! ¡Pues con callado pie todo lo igualas…!
Trato en vano de restaurar la primitiva esencia de aquellos seres vacíos de carne y llenos de congoja.
Bajo los arcos de la Iglesia se produce el encuentro. El cura arrastro unos pasos el gran cruz de madera hasta que quedó aplastado por ella. Altiva, esbelta y señorial como ella misma, un cigarrillo enmascara el rojo reventón de sus labios lascivos.
- Hola, Asilbeira - ¡Cómo…! ¿Tu, o eres un ensueño?- (el dulce o el amargo) Soy la hija de los dos-. Qué espectro fantasiíta esta viviendo mis decesillos
- Divino ensueño, estampa rediviva de un amor del pasado venturoso.
Dime tú, mariposa del viento, pajarillo de espuma, ¿cómo me reconoces?
- Lo mucho que mamá me habló de ti- ¿Y qué quieres? ¿Por qué me buscas?
- Vengo por ti. Han salido hacia Santo Tomé y tengo cinco días para ti que quiero sean para mi... en mi pisito... junto a la Alameda.- Me dejas muerto,
- Dame la mano, vamos... nos damos las manos, que en realidad son hueso desnudos sin carne. Cruzamos el Parque, ya estamos sentados en el sofá, cara a cara (que en algún tiempo fueron) comienza lo indecible.- ¿Cómo fue tu amor con ella?- Sólo tengo un medio de explicarte... abre la boca. (O sea la mandíbula de dientes).Los besos tienen sabor doble, si doblemente putrefactos. Pedimos que la noche apresure sus pasos y nos cubra con su oscuro misterio. Brillaron nuestros cuerpos a la luz de un candelero y el sexo fue puro, el placer y la pasión corren a dúo por las alfombras del dormitorio, (las charcazas y las almas). Ya somos cuatro. La mañana se precipita con una sábana de luz que nos aturde.- Cuando la lluvia cae se funde el hielo, y cuando me acaricias se quema el fuego, aún es muy temprano, nos queda tiempo... amor no marches, que tengo miedo ¿cómo...? (el murto se asusta del degollado)- ¿Nos vemos esta tarde?- No puedo, mi novia me espera para ir al cine. ¿La quieres tanto como a mi madre? - Tanto como a ti, mi amor. Debo partir.- La vida y las gentes se están vistiendo, y tú tienes que irte con todos ellos, te esperan tus amigos el campo, sí de campo santo, tal vez, expuesto al sol y el viento. Adiós mi amor soñado, tu sabes que te quiero mas halla de la tumba.
Aquí tienes tu casa o tu caja, dijo… el sol está naciendo. Pero ante, el se marchó en un traje vacío en realidad iba mirando el vacío desde el fondo de vacíos de sus ojos, mientras se perdía sobre el puente de Uruguayana. Junto a la Alameda la altiva mariposa del viento esperando otro incendio de cementerio en nido de madera entre pinos de vientos.
Autor: Alcibiades Noceda Medina
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