Muerte entre las flores

Fue el invierno
el que desplegó los abanicos del crepúsculo
y extendió las profundas escaleras
de los cristales y las hojas.

Las hormigas consumen
la sangre del atardecer.
Largos hilos de silencio
acarician la piel húmeda del vidrio.

Solamente se escucha la lluvia
deambular por calles desiertas
y detenerse en los rincones del alma
para golpear la tierra muerta,
como un hombre enterrado vivo.

Ayúdame, memoria hecha con fuego y cicatrices.
Ayúdame a reunir las cenizas
del día y el tiempo perdido.

Muéstrame las ventanas del amanecer
en espejos que encuentren mi rostro.
O abandóname en el polvo
hasta que vuelva a nacer de nuevo.

Muy bueno, realmente amigo... intenso, me visitó una sensación de angustia... he disfrutado mucho tus letras...

Saludos.

Gracias Dark. Me alegro de que te haya gustado.
Un abrazo.