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por Ojos tan dulces que la noche entrega
al ciervo de tu mirar en la maleza
distante eco que suspira y que navega
el oro terso de la luna en tu belleza.
Boca que suspira primaveras
y que enlaza júbilos y noches,
entre la duna y el desierto me atemperas
hasta que caiga el alba, con tu alma no luches.
Es vespertino el ocaso que atempera
fluctuaciones de su verso a la mañana
y en el alma vital de una acera
la Luna entera se acopia mejorana.
Ostras sin el mar en el agua tu sonrisa
qué vendimia estival bajo la prisa!
Arremete sin cuidado el horizonte que perfuma
el dócil cauce que tu cuello asuma.
Bajo del alba, mis ojos atañen la maleza
de entretejer las nubes tu blancura,
y asoman en la víspera del alma la pereza
que mis pies de luna acompasan en la albura.
Noche perfecta, para caminar un poco
y adelgazar los sonidos de la noche
mi ojo a tus párpados aceche
ilumina la nieve de tus manos, (no la toco).
Más que en el alma y el cuerpo que suspira
no grazna mi corazón el plumaje que despido
el sueño de tu voz, en mi alma se retira
aleve la canción de tus suspiros, que yo anido
y la felicidad de tu encuentro en mi vida
se parece al reencuentro del amor
que en las alas de tus alas, compartida
no niegan la poesía, pero ausentan el dolor…
Amor con dolor, sé que sí es cierto
déjame amarte, mis alas no se han muerto.
al ciervo de tu mirar en la maleza
distante eco que suspira y que navega
el oro terso de la luna en tu belleza.
Boca que suspira primaveras
y que enlaza júbilos y noches,
entre la duna y el desierto me atemperas
hasta que caiga el alba, con tu alma no luches.
Es vespertino el ocaso que atempera
fluctuaciones de su verso a la mañana
y en el alma vital de una acera
la Luna entera se acopia mejorana.
Ostras sin el mar en el agua tu sonrisa
qué vendimia estival bajo la prisa!
Arremete sin cuidado el horizonte que perfuma
el dócil cauce que tu cuello asuma.
Bajo del alba, mis ojos atañen la maleza
de entretejer las nubes tu blancura,
y asoman en la víspera del alma la pereza
que mis pies de luna acompasan en la albura.
Noche perfecta, para caminar un poco
y adelgazar los sonidos de la noche
mi ojo a tus párpados aceche
ilumina la nieve de tus manos, (no la toco).
Más que en el alma y el cuerpo que suspira
no grazna mi corazón el plumaje que despido
el sueño de tu voz, en mi alma se retira
aleve la canción de tus suspiros, que yo anido
y la felicidad de tu encuentro en mi vida
se parece al reencuentro del amor
que en las alas de tus alas, compartida
no niegan la poesía, pero ausentan el dolor…
Amor con dolor, sé que sí es cierto
déjame amarte, mis alas no se han muerto.
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