EL GOLGOTA.
Un calor intenso se venia esa tarde,
cercanas las tres y el clima que arde,
cabisbajo, Jesus subia con la cruz a cuestas,
con su rostro cubierto de sangre.
El camino al fin de sus dias es intenso,
no hay palmas a su paso todo es polvoriento,
una corona de espinas engalana su aura,
torturando aun más su angustiada suerte.
Mientras,
Judas escondido en su cruel avaricia,
clama por su perdón,
que nunca encontó
en sus treinta monedas .
Si en el amor de Cristo.´
Jesús cabisbajo aguanta su carga,
sangriento, llagado y dolido.
Sus pasos son torpes ,
pues a sus espaldas
lleva ese pecado que envilece al hombre.
Levanta su frente y encuentra a su madre,
que le duele al alma, por éste sacrificio.
Grita de dolor y clama una plegaria,
mira al cielo buscando respuestas
a ésta inmolación que a su hijo le hacen.
Su ropa humilde hecha ya girones,
ya la habíán jugado varios centuriones,
Sus voz al cielo , fue la gran alianza,
sus humillaciones
fueron salvaciones.
Violado sus manos
y pies taladrados,
su mirada humilde ofreciendo perdón,
el siente en su espalda
el peso del amor.
Ya en la cruz, pide ayuda al Padre,
mira de reojo a Juan y a su Madre,
los besa con su alma
y su resplandor.
Ellos lloran postrados de hinojos,
al momento muere
su alma está con Dios.
Dejando éste mundo
inundado de amor.
Un calor intenso se venia esa tarde,
cercanas las tres y el clima que arde,
cabisbajo, Jesus subia con la cruz a cuestas,
con su rostro cubierto de sangre.
El camino al fin de sus dias es intenso,
no hay palmas a su paso todo es polvoriento,
una corona de espinas engalana su aura,
torturando aun más su angustiada suerte.
Mientras,
Judas escondido en su cruel avaricia,
clama por su perdón,
que nunca encontó
en sus treinta monedas .
Si en el amor de Cristo.´
Jesús cabisbajo aguanta su carga,
sangriento, llagado y dolido.
Sus pasos son torpes ,
pues a sus espaldas
lleva ese pecado que envilece al hombre.
Levanta su frente y encuentra a su madre,
que le duele al alma, por éste sacrificio.
Grita de dolor y clama una plegaria,
mira al cielo buscando respuestas
a ésta inmolación que a su hijo le hacen.
Su ropa humilde hecha ya girones,
ya la habíán jugado varios centuriones,
Sus voz al cielo , fue la gran alianza,
sus humillaciones
fueron salvaciones.
Violado sus manos
y pies taladrados,
su mirada humilde ofreciendo perdón,
el siente en su espalda
el peso del amor.
Ya en la cruz, pide ayuda al Padre,
mira de reojo a Juan y a su Madre,
los besa con su alma
y su resplandor.
Ellos lloran postrados de hinojos,
al momento muere
su alma está con Dios.
Dejando éste mundo
inundado de amor.
Última edición por Darkness el Dom Oct 03, 2010 4:53 pm, editado 2 veces (Razón : poema sugerido para la semana por moderador José Logatto)
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