por luis tejada yepes Sáb Ago 21, 2010 10:50 am
Los días huyen, son libres,
sus pasos queman como el rayo;
en el mar las mareas se elevan y
el barco fantasma llega
con risas de piedra fría.
Su boca es ondulada,
grita lejos, al viento sobre el mar,
a los hombres vivos:
¡vengo por vuestras palabras gastadas,
busco la lengua con la que hablaron!.
Ocúltenme por favor
o no habrá mañana para mí en la tierra,
quizás el barco se propone llevarme
al seno del gran pozo sin fondo,
me tomará entre sus manos
y me sumergirá en el agua
bajo un rayo tenue de luna.
Olas sensibles se forman sobre el mar,
quizás acojan a estos pequeños seres,
él actúa de esta manera:
Deja a la víctima que se asiente en la sombra
bajo los ojos de la oscuridad de la noche y
espera inmóvil una oportunidad para atraparla.
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