Mi Funeral

claudia zarate escribió:Que paradoja seria contemplar
nuestra propia muerte.
En verdad bien lo has relatado.

También quedas invitada, de doliente, claro está. Claudia es un placer tu visita. No envíen flores, sólo dinero.

Que paradoja seria contemplar
nuestra propia muerte.
En verdad bien lo has relatado.

Recaredo escribió:[b]No es fácil asistir al propio funeral; sin embargo, tú amigo Luis, parece que los has hecho. No sé si felicitarte o compadecerte por ello; pero sí te envidio. Abrazos.

Jajaja, en el próximo me acompañas, claro que de deudo para no asustarte.

[b]No es fácil asistir al propio funeral; sin embargo, tú amigo Luis, parece que los has hecho. No sé si felicitarte o compadecerte por ello; pero sí te envidio. Abrazos.

HANS DURKHEIL escribió:cuando lo lei el titulo dije: " ya es hora de comer yeee habra adobo..( esq ese plato es el q se come en funerales x estos lares)".. pero no.. bueno el poema es bueno pero mi estomago no sabe de eso... jajajaj

Hans salud y larga vida.

cuando lo lei el titulo dije: " ya es hora de comer yeee habra adobo..( esq ese plato es el q se come en funerales x estos lares)".. pero no.. bueno el poema es bueno pero mi estomago no sabe de eso... jajajaj

Pedro Tolentino Llontop escribió:ESTE POEMA ES MUY EXTREMO, NARRA SOBRE LA MUERTE...ME GUSTA MUCHO...MUY SINCERO Y TAN CRUDO...ASI SOMOS LOS POETAS...TE FELICITO AMIGO POETA LUIS TEJADA

Pedro me alegra que te guste, ciertamente es un tema de muy pocos amigos, pero definitivamente lo que tenemos que reconocerle a la muerte es su profundo sentido democrático, no respeta "pinta".

ESTE POEMA ES MUY EXTREMO, NARRA SOBRE LA MUERTE...ME GUSTA MUCHO...MUY SINCERO Y TAN CRUDO...ASI SOMOS LOS POETAS...TE FELICITO AMIGO POETA LUIS TEJADA

ufa, vaya descripción! que toque especial tienen tus letras amigo! sin lugar a dudas, creo que llenaras estos foros de cosas lindas... bien!

Vinieron en la noche a llorar por mí,
no sé cuantos y no saben que los estoy viendo;
me lloro, he de llorarme, incluso todos han de hacerlo y
la noche debe llorar como es debido.

¡Ay! todos afectados por el dolor,
como una espina invisible en el corazón;
lamentos prolongados sobre las flores de invierno,
todos heridos con mis heridas,
heridos como mi muerte.

Sobre la luz se expusieron las llamas,
y calmaron la sed todas esas bocas,
todas esas bocas que sobre mí florecen:
con miel o con amargura
o con la armonía de las rosas de las coronas.

¡Ah! y las copas en las cuales bebí la vida,
son las mismas en que a la muerte bebo,
es un jardín de bocas tóxicas
en donde se embriaga el alma
y los cuerpos respiran humedecidos.

Y las manos, las manos,
que fueron sumergidas alhajadas en el cajón,
entre todas tomaron después las mías,
la boca entre las bocas,
el cuerpo entre los cuerpos.

Dirán de mí ustedes, dirán de mí todos los míos,
¿si estará muerto?
En el pasar lento mi dolor enlutará él ambiente
y en el descanso eterno que es profundo como tinieblas,
descansaré por siempre hasta apagar mi cuerpo.