Evitación

Evitación

Valla de rosas y espinas,
sombras clandestinas,
no atravieso los campos
para evitar las preguntas.

Y recibo el invierno,
con los pies descalzos
y los brazos abiertos
para demostrarte
que no le temo al hielo.

Y me preño de ausencias
y renazco ermitaña
en desfile estridente,
sonidos de las calles en maraña.

Para evitar las respuestas.

Retoñar en el valle de rosas y espinas a solas, perdida y ermitaña. A veces es mejor pasar desapercibida en la vida, a cuesta de que sea más dolorosa la estancia, pero con el triunfo de recibir el título de noble. A veces una no sabe por qué cayó en un lío absurdo, y cuesta reconocerlo... Y pasas a ser un maniquí en juego generando el problema. Luego te das cuenta de que eres nada, y nadie y parece que sólo observas la nube gris. Pero mientras respires será momentáneo, porque no eres un maniquí; realmente eres de carne y hueso. Los pies reflejan el camino recorrido... Y mírate, a ti no te da temor mostrarlos, y los llevas descalzos a pesar del frío... ¡Eres grande, Lilia!
Beso y abrazos

[b]Hay veces que no se puede evitar mostrar la cara al mundo, aunque éste nos la rompa. Otras en cambio, el caparazón del cangrejo ermitaño nos viene muy bien. Pero, ¿No resulta muy pesado ir siempre con la casa a cuestas...? Buen poema, Lilia. Abrazos

yo a veces me siento asi
cuando ya se las respuestas
pero sería demasiado doloroso
escucharlas de sus labios...
gracias por tus letras Lilia
son hermosas...