¿Escuchan ese sonido?
Yo no lo provoco, ya no estoy en el cielo.
Shhh, ahí esta de nuevo. ¿Que es? seguro que no es el viento que me acompaña.
Bueno, ya transité el sendero en descenso con mucha velocidad, debo estar cansado. Quizá eso me hace escuchar cosas, será mejor que acampemos aquí.
NOTA: Lo que ustedes no saben es que aquel tenue sonido que escuchaba nuestro viajero, si era verdadero, ¿no me digan que ustedes no lo escucharon? Recuerde un poco, comenzó cuando termino el descenso, era un sonido muy bajo, como si estuviera de fondo, algo que tenia la fluidez de un pequeño arroyo. Nos hizo sentir relajados, como si estuviéramos caminando por gusto en medio de la mas ligera llovizna, que nos hace sentir como en casa, bien protegidos.
Ahora lo escuchan ¿no?. Bueno, una vez que logramos notar lo que no notamos (que me valga la redundancia) me parece correcto decirles que soy su narrador, y que la primera persona que escucho el sonido(y el protagonista de la historia) se llama Eternicosilotun Sincativito, pero como no vamos a recordar ese nombre, le diremos su traducción Okin.
Bueno, es hora que sigan lo que les pasa junto con Okin; ya amaneció y al despertar ven diferentes personas paseando por su alrededor.
Okin: Tengo que averiguar quienes son, sigan me.
Okin: Hola, Hola, ¿me escucha señor?
Anciano: Si hijo, pero no me hables tan fuerte, ¡se te ofrece algo?
Okin: Me llamo Okin y...
Anciano: Que casualidad, yo también me llamo Okin, un placer conocerte.
...
Okin: El placer es mio, me podría decir, ¿donde estamos?
Okin anciano: Esta aldea, es una pequeña aldea llamada EL FINAL, todos los que vivimos aquí somo ya muy viejos, o estamos terriblemente enfermos, si nos podrían ayudar con algunas de las tareas mas difíciles estaríamos muy agradecidos.
Okin: Creo que estamos con suficiente tiempo, ¿les parece que les demos un par de manos?
...
Okin: esta bien, ya que fue unánime, dividamos los quehaceres y luego para después de comer continuaremos nuestros caminos.
NOTA: Soy yo de nuevo, apuesto a que me extrañaron, no me digan que se olvidaron lo que han hecho después de eso. Le voy a hacer memoria, cada uno fue tomado por un anciano/ana que les dio sus quehaceres, curiosamente, cada anciano que les dio quehaceres se llamaba igual que ustedes. Bueno, que falta de memoria sufren, luego de almorzar siguieron con su camino.
COTINUARÁ....
Yo no lo provoco, ya no estoy en el cielo.
Shhh, ahí esta de nuevo. ¿Que es? seguro que no es el viento que me acompaña.
Bueno, ya transité el sendero en descenso con mucha velocidad, debo estar cansado. Quizá eso me hace escuchar cosas, será mejor que acampemos aquí.
NOTA: Lo que ustedes no saben es que aquel tenue sonido que escuchaba nuestro viajero, si era verdadero, ¿no me digan que ustedes no lo escucharon? Recuerde un poco, comenzó cuando termino el descenso, era un sonido muy bajo, como si estuviera de fondo, algo que tenia la fluidez de un pequeño arroyo. Nos hizo sentir relajados, como si estuviéramos caminando por gusto en medio de la mas ligera llovizna, que nos hace sentir como en casa, bien protegidos.
Ahora lo escuchan ¿no?. Bueno, una vez que logramos notar lo que no notamos (que me valga la redundancia) me parece correcto decirles que soy su narrador, y que la primera persona que escucho el sonido(y el protagonista de la historia) se llama Eternicosilotun Sincativito, pero como no vamos a recordar ese nombre, le diremos su traducción Okin.
Bueno, es hora que sigan lo que les pasa junto con Okin; ya amaneció y al despertar ven diferentes personas paseando por su alrededor.
Okin: Tengo que averiguar quienes son, sigan me.
Okin: Hola, Hola, ¿me escucha señor?
Anciano: Si hijo, pero no me hables tan fuerte, ¡se te ofrece algo?
Okin: Me llamo Okin y...
Anciano: Que casualidad, yo también me llamo Okin, un placer conocerte.
...
Okin: El placer es mio, me podría decir, ¿donde estamos?
Okin anciano: Esta aldea, es una pequeña aldea llamada EL FINAL, todos los que vivimos aquí somo ya muy viejos, o estamos terriblemente enfermos, si nos podrían ayudar con algunas de las tareas mas difíciles estaríamos muy agradecidos.
Okin: Creo que estamos con suficiente tiempo, ¿les parece que les demos un par de manos?
...
Okin: esta bien, ya que fue unánime, dividamos los quehaceres y luego para después de comer continuaremos nuestros caminos.
NOTA: Soy yo de nuevo, apuesto a que me extrañaron, no me digan que se olvidaron lo que han hecho después de eso. Le voy a hacer memoria, cada uno fue tomado por un anciano/ana que les dio sus quehaceres, curiosamente, cada anciano que les dio quehaceres se llamaba igual que ustedes. Bueno, que falta de memoria sufren, luego de almorzar siguieron con su camino.
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