Lluvia ácida
quema mi piel y mis rosas;
incendia
mis vestidos negros de ansiedad.
Mi alma en luto
sigue sonámbula el derrotero de tus pasos.
¡No me conformo
con haberte perdido!
La lluvia ácida de tu ausencia
destroza mis bosques verdes de esperanza,
siento los pasos fríos del desconcierto,
el ambiente de mi alma se torna negro e inhóspito.
Puñaladas de llantos me visitan.
Elegías de muerte, me azotan constantemente...
Espanta ya
estos cuervos malditos
de inclemencia.
¡Oye mi voz lúgubre de ultratumba!
Ya no quiero soportar
los garfios fieros de tu ausencia.
Halcones negros picotean mis ojos
sin piedad...
Estoy ciega de amor ahora.
¡Ven amado, ven!
Mora conmigo,
en el umbral, gato negro, de mi tumba.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados.
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