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por Tu rostro, entre la multitud
Tu rostro entre la multitud de sombras, y laureles,
de fiestas, florecillas, niñas y oropeles:
El alma de la Ciudad, el alma de mi alma
entre la aversión de las formas que doblega
la sombra, con el tamiz que el rostro entrega…
La única luz, el alba, el sueño, la calma,
en una sonrisa de Amor, que nunca es niebla!
El único Oro, mi único corazón, que puebla!
Tu rostro, entre la multitud, que calla y enmudece,
el único zafiro que estrellas hace al Olmo,
Pedazos de ciruela, de amor que fortalece,
la única niña, la joven de mi Salmo…
El único sendero, que perpetúa mi Rosa,
la única flor, la única Rosa,
que el suspiro de tu aliento reconforta,
y languidece en mi mudez, que no soporta…
La única juventud, la risa obnubilada del claro,
la única botella, en el día avaro:
en el sordo contraste, de montes oscuros,
el único abrazo, la única cadencia más devota…
El único baile, las únicas notas! que la sombra idiota
no compara de su abismo… El único traste, (sin muros),
la única Música, del precioso laúd en tus manos!
La única sonrisa, son dos Poetas vanos…!
El único ruiseñor, mis únicos Zorzales!
Mi única Primavera y arrabales!
Mis únicos ojos, con los ojos que miro:
que el verso dio a mi flor, y mudo admiro…
La única altivez, entre marëa tortuosa,
el único doblez de mi dialecto!
Que contesta a mi voz, suave el efecto:
de aquélla Golondrina, más Virtuosa!
Süave es su tenor, süave su cópula,
süave su mirada, al verse endrina:
sofisticada llama, coralina!
De voz, y ya de amor, de Fábula!
Suave es su color, suave su risa,
nevada sonrisa cual ebúrnea amante!
Suave su perfume, y brisa,
Suave su mirar, su verso cante…!
Suave, es ella, entre furtivas nubes,
Suave su color, Sol que yo tuve…
Tu rostro entre la multitud de sombras, y laureles,
de fiestas, florecillas, niñas y oropeles:
El alma de la Ciudad, el alma de mi alma
entre la aversión de las formas que doblega
la sombra, con el tamiz que el rostro entrega…
La única luz, el alba, el sueño, la calma,
en una sonrisa de Amor, que nunca es niebla!
El único Oro, mi único corazón, que puebla!
Tu rostro, entre la multitud, que calla y enmudece,
el único zafiro que estrellas hace al Olmo,
Pedazos de ciruela, de amor que fortalece,
la única niña, la joven de mi Salmo…
El único sendero, que perpetúa mi Rosa,
la única flor, la única Rosa,
que el suspiro de tu aliento reconforta,
y languidece en mi mudez, que no soporta…
La única juventud, la risa obnubilada del claro,
la única botella, en el día avaro:
en el sordo contraste, de montes oscuros,
el único abrazo, la única cadencia más devota…
El único baile, las únicas notas! que la sombra idiota
no compara de su abismo… El único traste, (sin muros),
la única Música, del precioso laúd en tus manos!
La única sonrisa, son dos Poetas vanos…!
El único ruiseñor, mis únicos Zorzales!
Mi única Primavera y arrabales!
Mis únicos ojos, con los ojos que miro:
que el verso dio a mi flor, y mudo admiro…
La única altivez, entre marëa tortuosa,
el único doblez de mi dialecto!
Que contesta a mi voz, suave el efecto:
de aquélla Golondrina, más Virtuosa!
Süave es su tenor, süave su cópula,
süave su mirada, al verse endrina:
sofisticada llama, coralina!
De voz, y ya de amor, de Fábula!
Suave es su color, suave su risa,
nevada sonrisa cual ebúrnea amante!
Suave su perfume, y brisa,
Suave su mirar, su verso cante…!
Suave, es ella, entre furtivas nubes,
Suave su color, Sol que yo tuve…
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