Crepúsculo atado a tu cabello...

Crepúsculo atado a tu cabello…

Crepúsculo atado a tu cabello, como un sueño,
de verse Arte la mirada de tu niño,
el rostro terso, y la boca en su adeliño,
estrella afable, sobre el ala de tu dueño…
Brocal de oro, consigna bien helada,
el soplo, ardid, y parangón, mi verso:
desnuda en el bastión de tu Universo,
cual loca hendida, en noche obnubilada…

Crepúsculo, ciñe tus cabellos,
cual desnuda el ledo trance, desocupa
la monería de mi ardor, tus ojos bellos,
en el semblante que a los cielos los preocupa…
Tu risa, néctar balanceado de tu aroma,
pez de plata, y vigor, espuma noble:
cual valentía en prisión de goce endeble,
a tu virtud, engalanada si en mi bruma…

Goza tu hechizo, los ojos son etéreos,
claveles importantes de la duna
cipreses, y rubíes de fortuna,
anida el sueño en tu mirada, y en deseos…
Mi boca enlaza la palabra que deslumbra
con el tacto, asir tu bello aroma,
noche perdida, cual bello imán alumbra,
en sorda clámide, y voz que me perfuma…

Sordo contraste, y ciego urdida noche,
voz de carbunclo y hostil cual tenebrosa
incierta noche endeble, y calma tan juïciosa,
de voz propensa a oírme, y núbil, luche…
De versos en tus labios, a la Odisea calma,
tu mudo amor inflama, las teas que pregonan,
asidas para amar, las notas de mi alma,
en noche, cual austera, semánticas exornan…

Tenedme, en un dibujo, a lápiz, vuelto sombra,
mi diurno desapego, aliábase y te alumbra…

Labios, cual hechizo, en rosa oscuro flecha,
distancia de tu boca, en el ardor, acecha…