Eres cual estampido…
Eres cual estampido, en son de mil guitarras,
cual leve paso en el rüido, aleve de son y amarras,
cual leve paso al sonido, de mudo claustro y avaras
las luces que el alba desmiente, cual leve paso que amaras…
Cual leve pieza al sonido, que en su Voz, hace un arca,
cual leve caro destello, que encima habla en su nido,
y eleva tu labio más bello, cual habla al gemido
tu rostro ebúrneo que sellas, al total descuido…
Cual leve paso que callas, oriunda, del nido,
del habla cual boca serrana, y aparte en mi beso,
cual habla talante que acopia, tu habla al cerezo
cual beso que calla y amante, no cae, en el ruido…
Cual labio que aparca en tu sello, cual beso profundo
del labio que enciende mi súplica, cual beso rotundo,
al labio que busca tu sello, comanda el resabio
impronta que muere al olvido, cual rostro en tu labio…
Imparte la búsqueda hechizo, cual habla profana,
del lienzo que amaina en tu calma, cual alma devana
cual sorda mudez que te implica, nevada artimaña,
de labios en besos divinos, tomada en tu hazaña…
Cual habla al acecho profana, la miel que guardabas,
en eco, en sorda altivez, en mudo reclamo
cual hablan dos labios hermanos, y dicen –te amo-
ya búsqueda hermética ansían, por albas que alabas…
Intonsa miel de tu rostro, en cuerpo más bello,
enrostra tu cuerpo divino, de cauce y heraldo-
faculta tu labio Mohatra, y labio destello
tu rostro en el habla perdida, y canto rescaldo…
Hedionda altivez que procuras, y hablas, beata
cual cúspide, emana en tu sombra, de labio escarlata
asida en tu cuerpo desnudo, y habla rescata
tu rostro al espejo que emula, la sien que retrata…
Cual habla, al verso divino, que en cumbres enhiestas
florece tu cauce en improntas, cual aguas en sueño,
la célibe habla del rostro, de amores isleño,
fragante en ti la mazmorra, de cantos y fiestas…
Cual leves son las murallas, en tu rostro y sombra
aleve del rostro, paganas, y besos enhiestos,
cual aves en sombras livianas y cantos tan diestros,
las hablas, tu boca profana, y el verso lo asombra…
Cual bello el arte fecunda, de ti el albedrío,
cual casta soñada en tus fauces, en diestros heraldos,
belleza es arte prendado cual boca fantástica,
de rostros y amores do gualdos, erizas el frío…
Responde tu calma en mi cita, tu verso desnudo:
tu llanto es amor en el mío, es rostro tan sano,
prendado en ti mi misterio, de voces, que en vano,
la Música de tu silencio, entonas cual nudo…
Erizas el rostro divino, del alba que roba,
la sombra del dial que procura, tu alma de loba…
Eres cual estampido, en son de mil guitarras,
cual leve paso en el rüido, aleve de son y amarras,
cual leve paso al sonido, de mudo claustro y avaras
las luces que el alba desmiente, cual leve paso que amaras…
Cual leve pieza al sonido, que en su Voz, hace un arca,
cual leve caro destello, que encima habla en su nido,
y eleva tu labio más bello, cual habla al gemido
tu rostro ebúrneo que sellas, al total descuido…
Cual leve paso que callas, oriunda, del nido,
del habla cual boca serrana, y aparte en mi beso,
cual habla talante que acopia, tu habla al cerezo
cual beso que calla y amante, no cae, en el ruido…
Cual labio que aparca en tu sello, cual beso profundo
del labio que enciende mi súplica, cual beso rotundo,
al labio que busca tu sello, comanda el resabio
impronta que muere al olvido, cual rostro en tu labio…
Imparte la búsqueda hechizo, cual habla profana,
del lienzo que amaina en tu calma, cual alma devana
cual sorda mudez que te implica, nevada artimaña,
de labios en besos divinos, tomada en tu hazaña…
Cual habla al acecho profana, la miel que guardabas,
en eco, en sorda altivez, en mudo reclamo
cual hablan dos labios hermanos, y dicen –te amo-
ya búsqueda hermética ansían, por albas que alabas…
Intonsa miel de tu rostro, en cuerpo más bello,
enrostra tu cuerpo divino, de cauce y heraldo-
faculta tu labio Mohatra, y labio destello
tu rostro en el habla perdida, y canto rescaldo…
Hedionda altivez que procuras, y hablas, beata
cual cúspide, emana en tu sombra, de labio escarlata
asida en tu cuerpo desnudo, y habla rescata
tu rostro al espejo que emula, la sien que retrata…
Cual habla, al verso divino, que en cumbres enhiestas
florece tu cauce en improntas, cual aguas en sueño,
la célibe habla del rostro, de amores isleño,
fragante en ti la mazmorra, de cantos y fiestas…
Cual leves son las murallas, en tu rostro y sombra
aleve del rostro, paganas, y besos enhiestos,
cual aves en sombras livianas y cantos tan diestros,
las hablas, tu boca profana, y el verso lo asombra…
Cual bello el arte fecunda, de ti el albedrío,
cual casta soñada en tus fauces, en diestros heraldos,
belleza es arte prendado cual boca fantástica,
de rostros y amores do gualdos, erizas el frío…
Responde tu calma en mi cita, tu verso desnudo:
tu llanto es amor en el mío, es rostro tan sano,
prendado en ti mi misterio, de voces, que en vano,
la Música de tu silencio, entonas cual nudo…
Erizas el rostro divino, del alba que roba,
la sombra del dial que procura, tu alma de loba…
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