Por ser quimera…
Constancia de mi ardor, tan sólo un náufrago
que vuelve de la pena, sin mojarse,
rastrillando de su tierra, el afanarse
por los mendrugos de las algas, de mi trago…
Por ser quimera, vuelve luz, sin ufanarse,
la misma miel hendida, a su faena,
y de mis soles, aquella voz muda envenena
no si la calla, de mi bien, para extravïarse…
Desnudo lïenzo, de mi atril, para festejo
de mis colores, mi cincel trebejo,
para el festín, ufanado y ya muy viejo
el de mi sombra, a su carmín, ó bello espejo…
Urdido aclama sin lo bello del artista,
tan sólo el lienzo, que es pintura no cubista
al verse hazaña, lo que es color en el recreo,
mi vista enlaza de mi albor, lo que deseo…
Por ser del arte, ni mi esbozo, ni su trazo
desmedra el süeño de mi albor, tan solo amago,
que se procela en lentitud, cual bello pago
sol de sinergias, mi blasón, cual sólo atraso…
Mi amor nevada fue su rosa en otro aspecto,
tan de su mella, en el oírse de su ornato
cual sólo diera su mohín, júbilo abato
ó su sentir que de mí enrostra, ó no dilecto…
Persüade sobre sombra, el ruido de mi pena,
afuera hay grillos, y adentro, nimiedades
para vestir un ágape de brumas y de edades
tu pierna busca en el encono de mi vena…
Mirada al fin, enfrentada contra nada
con la mirada de mi sueño, alicaída,
ó confrontada desde el luto, tu partida,
fue ya a mi encuentro, boca persa, enamorada…
No de tus ojos, sólo viste de mi gualdo,
aquella maravilla se acechaba,
por el rastrero sólo imán que dïurno acaba
tras de la noche, de tu pecho, de mi enfaldo…
Mi boca, presa, de tu búsqueda yaciente,
por el descuido de mi sombra, de mi gente
mi luz abreva, de tus aguas, tuya y siente
ya mi boca amedrentar, mi voz paciente…
Oasis mío, en tu lecho, mi resguardo
es todo un hecho, de mi sombra, de mi voz,
Ooh, maravilla, de mi pena donde aguardo
mi sola arena no se vierte, en tu albornoz…
Mi duna aqueja, no del viento, lenta sierpe
que va dejando de su estela, vanidad,
la de tu estrella, ó sólo almendra, libertad
que mi voz quiere, ser sol en ella, beso torpe…
Sola quimera, va del arte a voz profunda,
en noche oscura, mi amor hiele, en ti se hunda…
Constancia de mi ardor, tan sólo un náufrago
que vuelve de la pena, sin mojarse,
rastrillando de su tierra, el afanarse
por los mendrugos de las algas, de mi trago…
Por ser quimera, vuelve luz, sin ufanarse,
la misma miel hendida, a su faena,
y de mis soles, aquella voz muda envenena
no si la calla, de mi bien, para extravïarse…
Desnudo lïenzo, de mi atril, para festejo
de mis colores, mi cincel trebejo,
para el festín, ufanado y ya muy viejo
el de mi sombra, a su carmín, ó bello espejo…
Urdido aclama sin lo bello del artista,
tan sólo el lienzo, que es pintura no cubista
al verse hazaña, lo que es color en el recreo,
mi vista enlaza de mi albor, lo que deseo…
Por ser del arte, ni mi esbozo, ni su trazo
desmedra el süeño de mi albor, tan solo amago,
que se procela en lentitud, cual bello pago
sol de sinergias, mi blasón, cual sólo atraso…
Mi amor nevada fue su rosa en otro aspecto,
tan de su mella, en el oírse de su ornato
cual sólo diera su mohín, júbilo abato
ó su sentir que de mí enrostra, ó no dilecto…
Persüade sobre sombra, el ruido de mi pena,
afuera hay grillos, y adentro, nimiedades
para vestir un ágape de brumas y de edades
tu pierna busca en el encono de mi vena…
Mirada al fin, enfrentada contra nada
con la mirada de mi sueño, alicaída,
ó confrontada desde el luto, tu partida,
fue ya a mi encuentro, boca persa, enamorada…
No de tus ojos, sólo viste de mi gualdo,
aquella maravilla se acechaba,
por el rastrero sólo imán que dïurno acaba
tras de la noche, de tu pecho, de mi enfaldo…
Mi boca, presa, de tu búsqueda yaciente,
por el descuido de mi sombra, de mi gente
mi luz abreva, de tus aguas, tuya y siente
ya mi boca amedrentar, mi voz paciente…
Oasis mío, en tu lecho, mi resguardo
es todo un hecho, de mi sombra, de mi voz,
Ooh, maravilla, de mi pena donde aguardo
mi sola arena no se vierte, en tu albornoz…
Mi duna aqueja, no del viento, lenta sierpe
que va dejando de su estela, vanidad,
la de tu estrella, ó sólo almendra, libertad
que mi voz quiere, ser sol en ella, beso torpe…
Sola quimera, va del arte a voz profunda,
en noche oscura, mi amor hiele, en ti se hunda…
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