Donde descansen tus párpados
Hecho de cavilar la sombra de tus ojos,
donde robustece la noche sus eclipsados vuelos
legitimando la aurora sus desmedidos cielos,
do tus miradas rigen el alba y los despojos…
Aclara nívea, la voluntad pelëa
cual cielo enturbia ya, distinta de la aldea
donde separa el lienzo colores donde abrevan
en ti la noche cede, y presto, me conmuevan…
En ti tus ojos hablan, y es la noche toda
semántica do prendan, suspiros en mi loa,
para verter las aguas desnudas contra proa
levando las mudeces hendidas de su boda…
Las aguas y los lastres, en tus ojos son alas
donde consume el lauro, vaticinios donde dudas
canciones no soeces, si no es latir desnudas,
las algas de tus mares, oprobios que recalas…
Y miran tus silencios, desnudos tus contornos
donde se erigen luego, las sombras de los astros:
donde tus sombras dieran las rosas y alabastros,
que gimen en tu celo, con voces y bochornos…
Erigen las mudanzas, que de tus pies entorna
asiduas vacuidades, consumen y no alan,
el frío más pedante de tu suspiro, calan
la sombra de tu histeria, y el beso que te adorna…
Herido en la fragancia de tu sutil reclamo
por donde va de vuelo, mis horas contra el mundo,
nadando sobre el asta, al vuelo no profundo
donde levan tus mieles, el beso de mi bálsamo…
Rotundo erige mieles, y adoba en lecho firme,
suplido del aroma del vuelo que escatime
mis horas con tus alas, en lecho que me imprime
heridas a tus besos, de horas a abolirme…
Un lecho no compone, dos rosas en tu pecho
que sin igual derecho, afirmas en tus claustros,
nevando de tu pecho, los rosas que ha deshecho
crepúsculos tendidos, en fraguas de tus austros…
Tendido ya en tu boca, ya de tu imán tendido,
ya fragua mi gemido, los besos de tu boca:
sonidos que me besa, para latir desboca
los labios de tus besos, que roban mi amor ido…
Tus máculas me imprimen arrojo de tus estros
gentiles alabastros desnudos en tus baños,
donde te prueban sabios, doseles de mis plaustros,
para batir herrajes, conformes a tus años…
Miradas me congojan de tus sumidos rojos,
desastres no mis sueños, entibian los sonidos,
que buscan en tus nidos, herir de tus sonrojos
cual extasía el habla, tus goznes y gemidos…!
Me arrojas ya la noche, prendada de tus labios,
y besas ya mi encuentro, dormido en tus enlabios…
Hecho de cavilar la sombra de tus ojos,
donde robustece la noche sus eclipsados vuelos
legitimando la aurora sus desmedidos cielos,
do tus miradas rigen el alba y los despojos…
Aclara nívea, la voluntad pelëa
cual cielo enturbia ya, distinta de la aldea
donde separa el lienzo colores donde abrevan
en ti la noche cede, y presto, me conmuevan…
En ti tus ojos hablan, y es la noche toda
semántica do prendan, suspiros en mi loa,
para verter las aguas desnudas contra proa
levando las mudeces hendidas de su boda…
Las aguas y los lastres, en tus ojos son alas
donde consume el lauro, vaticinios donde dudas
canciones no soeces, si no es latir desnudas,
las algas de tus mares, oprobios que recalas…
Y miran tus silencios, desnudos tus contornos
donde se erigen luego, las sombras de los astros:
donde tus sombras dieran las rosas y alabastros,
que gimen en tu celo, con voces y bochornos…
Erigen las mudanzas, que de tus pies entorna
asiduas vacuidades, consumen y no alan,
el frío más pedante de tu suspiro, calan
la sombra de tu histeria, y el beso que te adorna…
Herido en la fragancia de tu sutil reclamo
por donde va de vuelo, mis horas contra el mundo,
nadando sobre el asta, al vuelo no profundo
donde levan tus mieles, el beso de mi bálsamo…
Rotundo erige mieles, y adoba en lecho firme,
suplido del aroma del vuelo que escatime
mis horas con tus alas, en lecho que me imprime
heridas a tus besos, de horas a abolirme…
Un lecho no compone, dos rosas en tu pecho
que sin igual derecho, afirmas en tus claustros,
nevando de tu pecho, los rosas que ha deshecho
crepúsculos tendidos, en fraguas de tus austros…
Tendido ya en tu boca, ya de tu imán tendido,
ya fragua mi gemido, los besos de tu boca:
sonidos que me besa, para latir desboca
los labios de tus besos, que roban mi amor ido…
Tus máculas me imprimen arrojo de tus estros
gentiles alabastros desnudos en tus baños,
donde te prueban sabios, doseles de mis plaustros,
para batir herrajes, conformes a tus años…
Miradas me congojan de tus sumidos rojos,
desastres no mis sueños, entibian los sonidos,
que buscan en tus nidos, herir de tus sonrojos
cual extasía el habla, tus goznes y gemidos…!
Me arrojas ya la noche, prendada de tus labios,
y besas ya mi encuentro, dormido en tus enlabios…
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