Aires de dulzura
Prisión que emerge en solitario, cual devanada hermosura
cadena que va menguando, y aliviando tu clausura,
negando el hilo del habla, silencio cual tesitura
abreva pues de las sombras, litigio, mar y dulzura…
Privanza tan oportuna, cual sesgo no lo tuviera:
rincón que erige las fauces del duelo cuasi redoble
espumas en llanto, cauces, del suelo que no latiera,
su joven luz, Primavera, que el viento no lo desdoble…
Retiene en tanto la fuga, ribete de luna escoge
pasión cuanto la muralla, veneno ya no la urge
y escoge de tu Verano, canción que adopta y que forje
unciones de tanta fábula, y adornos por cuanto empuje…
Demencias de luna escoge, distancias de luna extingue,
privadas de tu elocuencia, desnudas por cuanto mella
canción de una sola doncella, privada de luna azogue
perdón de los celibatos que abreva tu son, estrella…
Retórico plan que urge amor en los celestiales
ardores por cuanto fauna, y equidad señoriales,
descubre su igualitaria, forma a sentir casuales
estoicos planes que besan, dormidos e intestinales…
Figura por cuanto sueña, la música sólo son,
y adorna gentil razón, por cuanto la bella exige
de mudas tardes viriles, asomo en su diapasón,
figura que empina el ruego, distancia a su corazón.
Palabra que luego impropia, del láudano que prohíja
las luces de la mirada, el toque de flor, diamante
y púrpura ya menguante, dulzura carmín aflija,
suntüoso pretil, escama, que liviandad soberana
describe por cuanto imprime, dulzuras de porcelana…
Ribete de azúcar en trance, llevadas de azor y nuca
consorte de amor y pizca, nevados de ardor y lana,
por cuanta virtud encauza, y libra desde la roca
Prisión nevada no es poca, para blandir su muralla…
Nevado ardor se desista, aleve su trato aflore,
gentil ganado en sus flores, revoque palenque halla,
su juventud de muralla, cual ávida mente explore
sinergias entre sus flores, y flores su amor resigne,
por soberano sentir, mi amor impera lo frágil
estoico ademán nunca aflore, parduzco gramil
cual ávida flor exangüe, esboza mi amor gentil…
Ribete de la sandalia, por cuanto el pie del buril,
asoma su dulce trato, redobla sovoz femenil,
por cuanto su pie de asomo, encauza su voz amante
y emplaza ligero amante, su flor nívea de sentir…
Mirada trema la endulce, su juventud sofocada
y hiere por cuanto amada, dulzura su trato gentil,
privada de luz amante, su sombra desnuda, alada
desnuda su ardor mujeril…
Arropa su pie la fauna, el goce su suspicacia,
adopta su lengua muda, tan célibe en la desgracia
tocar la muda palabra, escondida de su privanza
tan oportuna, diera, su decidida admitancia…
Estoque del goce herido, tan fuga oro mella, ufano
privada su gentil mano,
desnuda tan de oropeles, desnuda de sus papeles
la rüina en el sol flamante, su encomendado amante…
Silencio no oprobia el paso, vanguardia a su estro toma
su juventud el aroma, su goce la estima, cauce
que su desnuda provee, en el goce de su lance
el brillo de su prudencia, amor tan perpetuo, asoma…
Privado, ingrato adarme, destello… cual joven beato
sabor de lúdico infante, rubor que no acato
fervor de su dulce mano, pasión de un ingrato
corazón que se mella, ardores, fervor que no mato…
Silencios, que el mundo trova, su juventud y doncellas,
fraguados litigios, querubes, me alcancen estrellas…
Prisión que emerge en solitario, cual devanada hermosura
cadena que va menguando, y aliviando tu clausura,
negando el hilo del habla, silencio cual tesitura
abreva pues de las sombras, litigio, mar y dulzura…
Privanza tan oportuna, cual sesgo no lo tuviera:
rincón que erige las fauces del duelo cuasi redoble
espumas en llanto, cauces, del suelo que no latiera,
su joven luz, Primavera, que el viento no lo desdoble…
Retiene en tanto la fuga, ribete de luna escoge
pasión cuanto la muralla, veneno ya no la urge
y escoge de tu Verano, canción que adopta y que forje
unciones de tanta fábula, y adornos por cuanto empuje…
Demencias de luna escoge, distancias de luna extingue,
privadas de tu elocuencia, desnudas por cuanto mella
canción de una sola doncella, privada de luna azogue
perdón de los celibatos que abreva tu son, estrella…
Retórico plan que urge amor en los celestiales
ardores por cuanto fauna, y equidad señoriales,
descubre su igualitaria, forma a sentir casuales
estoicos planes que besan, dormidos e intestinales…
Figura por cuanto sueña, la música sólo son,
y adorna gentil razón, por cuanto la bella exige
de mudas tardes viriles, asomo en su diapasón,
figura que empina el ruego, distancia a su corazón.
Palabra que luego impropia, del láudano que prohíja
las luces de la mirada, el toque de flor, diamante
y púrpura ya menguante, dulzura carmín aflija,
suntüoso pretil, escama, que liviandad soberana
describe por cuanto imprime, dulzuras de porcelana…
Ribete de azúcar en trance, llevadas de azor y nuca
consorte de amor y pizca, nevados de ardor y lana,
por cuanta virtud encauza, y libra desde la roca
Prisión nevada no es poca, para blandir su muralla…
Nevado ardor se desista, aleve su trato aflore,
gentil ganado en sus flores, revoque palenque halla,
su juventud de muralla, cual ávida mente explore
sinergias entre sus flores, y flores su amor resigne,
por soberano sentir, mi amor impera lo frágil
estoico ademán nunca aflore, parduzco gramil
cual ávida flor exangüe, esboza mi amor gentil…
Ribete de la sandalia, por cuanto el pie del buril,
asoma su dulce trato, redobla sovoz femenil,
por cuanto su pie de asomo, encauza su voz amante
y emplaza ligero amante, su flor nívea de sentir…
Mirada trema la endulce, su juventud sofocada
y hiere por cuanto amada, dulzura su trato gentil,
privada de luz amante, su sombra desnuda, alada
desnuda su ardor mujeril…
Arropa su pie la fauna, el goce su suspicacia,
adopta su lengua muda, tan célibe en la desgracia
tocar la muda palabra, escondida de su privanza
tan oportuna, diera, su decidida admitancia…
Estoque del goce herido, tan fuga oro mella, ufano
privada su gentil mano,
desnuda tan de oropeles, desnuda de sus papeles
la rüina en el sol flamante, su encomendado amante…
Silencio no oprobia el paso, vanguardia a su estro toma
su juventud el aroma, su goce la estima, cauce
que su desnuda provee, en el goce de su lance
el brillo de su prudencia, amor tan perpetuo, asoma…
Privado, ingrato adarme, destello… cual joven beato
sabor de lúdico infante, rubor que no acato
fervor de su dulce mano, pasión de un ingrato
corazón que se mella, ardores, fervor que no mato…
Silencios, que el mundo trova, su juventud y doncellas,
fraguados litigios, querubes, me alcancen estrellas…
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