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por De tus ojos
Del goce de tus ojos, no hay recato
que tu pudor, distinto, no examine
de trova, ascuas guirnaldas, ilumine
desde tu Sol, el brillo timorato…
Mi sombra estéril no se va, ya no tantea
de tus mañanas, aquél desvelo en acechanza,
por el sudor de mi inocencia, ó mi confianza
aquélla selva ó graznido que voltea…
De tu mirada, puede más, sonido insigne
a corcovear el mullido de su pena,
agria velada sobre el treno hacia la arena
sobre lo gualdo, a mi suspiro, no resigne…
Mi voz es treno en las alas de la lluvia,
contoneando aquél desmán de mi palabra
por el océano ó gallarda sombra labra
de tu desvelo, aquél soñar de mi amor novia…
La brisa es arte que se nubla en mi bandera
y solo cierra el horizonte que pondera,
la luz afable, ó el sonido en Primavera,
todo el reclamo, ó todo el canto, que entrevera…
Mirada dócil, puede más que el cielo ufano
admirar de mi silencio, toda brizna,
engalanada bajo el oro, en la llovizna,
de tu virtud, une que emana, todo el llano…
Cual extasïada noche alegre, elude y llora,
la palabra tan sutil, sol que enamora
de tu silencio en tu rocín, muerte que llora
a la bandera de tu miel, de azul que aflora…
Mi sol demanda de tu risa, toda nïebla,
alerta y vacua tras la hebra de mi baño,
palabra rüin en mi retablo, sol de antaño
ó mi mirada de jazmín, que no me asembla…
En mi venablo, cae incierto la comarca
de tu jardín en Primavera, nace y toca
ó ya el desvelo nacarado de tu boca
moja de azul el frenesí de tu monarca…
Verde se allana la manera en dócil tregua
majada apruna el contorno de mi arte,
ó tal desvelo es la sonrisa, legua a legua
que cae inmersa en el vacío, por soñarte…
Así, de espanto, mi alma inquiere vanidades,
que son niebla de tus ojos, si me evades…
Del goce de tus ojos, no hay recato
que tu pudor, distinto, no examine
de trova, ascuas guirnaldas, ilumine
desde tu Sol, el brillo timorato…
Mi sombra estéril no se va, ya no tantea
de tus mañanas, aquél desvelo en acechanza,
por el sudor de mi inocencia, ó mi confianza
aquélla selva ó graznido que voltea…
De tu mirada, puede más, sonido insigne
a corcovear el mullido de su pena,
agria velada sobre el treno hacia la arena
sobre lo gualdo, a mi suspiro, no resigne…
Mi voz es treno en las alas de la lluvia,
contoneando aquél desmán de mi palabra
por el océano ó gallarda sombra labra
de tu desvelo, aquél soñar de mi amor novia…
La brisa es arte que se nubla en mi bandera
y solo cierra el horizonte que pondera,
la luz afable, ó el sonido en Primavera,
todo el reclamo, ó todo el canto, que entrevera…
Mirada dócil, puede más que el cielo ufano
admirar de mi silencio, toda brizna,
engalanada bajo el oro, en la llovizna,
de tu virtud, une que emana, todo el llano…
Cual extasïada noche alegre, elude y llora,
la palabra tan sutil, sol que enamora
de tu silencio en tu rocín, muerte que llora
a la bandera de tu miel, de azul que aflora…
Mi sol demanda de tu risa, toda nïebla,
alerta y vacua tras la hebra de mi baño,
palabra rüin en mi retablo, sol de antaño
ó mi mirada de jazmín, que no me asembla…
En mi venablo, cae incierto la comarca
de tu jardín en Primavera, nace y toca
ó ya el desvelo nacarado de tu boca
moja de azul el frenesí de tu monarca…
Verde se allana la manera en dócil tregua
majada apruna el contorno de mi arte,
ó tal desvelo es la sonrisa, legua a legua
que cae inmersa en el vacío, por soñarte…
Así, de espanto, mi alma inquiere vanidades,
que son niebla de tus ojos, si me evades…
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