Dócil, tu restaurado aroma,

Dócil, tu restaurado aroma,

Importunado ego, que de tu piel tramonta
el sostenido apego, junto a tu claustro ciñe
desnudo, mi manantial se apronta
a confluir en ego, tu deslumbrado, tiñe…
Mi ojo no resuelve la importunada hora,
que de tu piel, absorta, perfuma lo celeste
cual endiablada peste, desune ó ya desdora
aclimatando un verde, que es oro cuando reste…

Mis ojos se pronuncian, unidos cual desvelos,
y entonan en tu boca, desnudos los anzuelos
que de tu pïel tallada, azora nuevo tramo,
incauteloso goce, que vuelve aquí en mi ramo…
Prudencia lo conforma, el rüido, así hermano
desnudo de tu mano, y ya a la orilla de tu seno,
manantial en el veneno, tu destemplada hora
acierta lo que pide, con condenada espora…

Ribete celo y casta, ardid somete rüidos
perfume en el silencio y sombras y alaridos,
desnudas en tu bien, silencios que, cautivos
fueron mi prudencia, de oros fugitivos…
Ärdor que, en la palabra, incauta no retoma
mi ágil ya vertiente, asomo de paloma,
desnuda en el silencio, mañanas luego exhume
privadas y oportunas, banderas no rezume…

Mirada a tientas dejas, tras la rosa aún tallada
enamorado velcro anude su puño de tesón
galardonado eco que oprobia su lento diapasón
en la mirada, apenas, su roja sombra amada…
Desliz de su efüsiva, cadencia que no abate
sombría ni lasciva perfume de diamante
ni golondrina muda, ni ruda sobre amante
mirada ofrendaria de mirlo que se mate…

Perfume en tu dialecto, asömo y lentitud,
adosa en pleno acïerto, somera la virtud
del ala que pernocta, y asïdua llama noche
desnuda de mi amada, y glosa de fantöche…
Venablo que es arista y süeño en la mirada
desnuda de la artista, la sömbra perfumada
sobre serena huida, y tacto y aún derrame
contorno que no ciega, su ego que desame…

Alejada de mi nïeve, y asomo entre perfumes,
acaudala aún en el vino, pacïentes soles
y rojas epopeyas, cual legan tus crisoles
y nuncios y oropeles, anuncian tus pasiones…
El vino, así tallado, en noches no cautivas,
se düele porcelana, la sömbra primitiva
no nieva en tu cintura la dueña fugitiva
ni entabla ni es absorta las miradas vivas…

Denuncian mis papeles, papeles en papeles,
desnudan tus silencios, mis ojos en laureles…