No mi figura

No mi figura, arremete en el delirio
sin voz trazada, el aluvión mi solo espectro
ó tan desëado el avión, sobre el martirio
que en mi voz fragua, no mi voz, mi mudo plectro…
No mi baluarte, no mi voz, no mi panoja
enciende en alba lo escarlata que me atroja
de mi pantera en aluvión, sobre la testa
de mi sopräno en aluvión, modesta…

Tan del hirviente pasadizo de lunares,
escojo al vüelo de la noche, mudas restas,
sobre el velamen de mi voz, y mis protestas,
tan llamarada de mi luz y mis juglares…
Rocío eterno, sin su voz, menuda grana
sobre el destello de mi sombra, se derrama
y así al destëllo de la herrumbre soberana
hace la mella de mi cumbre, porcelana…

Orïente en suma, hace alarde de mi cuenca,
de mi atavío de mi luz, mi luz no cïerta
de mi plegaria a mi suspiro, se despierta
sobre lo álgido del muro, sombra penca…
Desde mi río mi centella se desnuda,
como aluvión en mí prendada, en mí caudal
sobre amorío de mi sombra, en mi arenal
sobre el suspiro de mi hoja, pluma muda…

Al no silencio de mi oro en mi querube
de mi oro llano, al desvarío de mi noche,
perpetua cumbre, sin su mar, ó sin su nube
estrella al fin, de mi cabestro, negro buche…
Hilado al trémulo zig-zag de mi aliciente,
cual sola curva es la mañana de mi astro,
en sola mella de mi albor ó mi alabastro
desnuda un eco de mi flor, en mí, reciente…

Mi letanía, en mí su puja, en mí su arte,
no confrontara mi silencio en muda hoja
cual mi suspiro en mi ribete, en mí despoja
la pordiosera luna amante, de mi suerte…
Mi roja endecha, hace carbunclo mineral
de mí hostigada, mi lamento vegetal
en su suspiro sobre gualdas romanías,
de mí prendado sobre el oro, epifanías…

Sin mí la noche, sobre el arte, no atenúa,
de mi palabra, ciega voz, se continúa…