Sin gracia...

Sin gracia…

Sin gracia la mañana deshabita
tu perfume de lienzo anochecido
y sobre el alba, la luna me recita
tu pecho de voz frágil, mi gemido…
Fue la mañana de tu luna mi comarca
y hasta el destello de mi bruma sólo el arte
de mi voz frágil entonando para amarte
la sola voz de tu destello, cual abarca…

Mi cielo pudoroso se asemeja
aquella insignia de mi amor, espeja
por sobre el ala de mi amor, y sólo ruina
la sola voz de mi plegaria, hacina…
Mi solo cielo, mi verdura hecha de hinojo
por sobre el manto de la tea nacarada:
mi voz acendra el solo acecho de mi amada,
tañe el laúd, pero hace sombra mi despojo…

Mi flor es bella, no se ha dicho nada
tu perfume en el silencio, bienamada
golondrina de paz, tañe acerada
de su gorjeo de luz, y sombra helada…
Mate mi cirio, tu doncella reclinante
ó sólo espeja, mi coturno, cirio diera
de su Verano la perdida primavera
ó sólo el lecho de mi sombra, mi voz cante…

Mi ágil encono salvará tu diurno arpegio,
cual la celada de mi flor, mi voz amante,
por sobre el lirio de mi luz más apremiante:
Golondrina, eres la luz de mi colegio…!
Y sobre el arte, mate tu voz, tu voz endulza
así adueñada de mi voz y mi compulsa,
el sólo ahínco de mi sombra vulnerada,
mi sólo egregio de pasión enamorada!

Mi virtual pájaro de sombra no amanece
coturno alado de mil bates en su anhelo,
fragancia de mil mares y oro de su pelo
juglar de alas blancas dormidas que florece…
Mi robo mar endulza, prohíbe su arrebato,
juglar de la mañana, y fiesta de la noche,
Heraldo sobre alas de sombra donde abato
las liras de mis soles y arcos donde fleche…!

Mirada siempre herida, desnuda de crisoles,
fantasía percudida, estrellas y arreboles…