Tus labios residen en mi huérfana sombra
lentitud que llaga la sonrisa de la aurora
criando la sorpresa del beso que enamora
besando los suspiros del alba, asombra.
Vestida de oropeles que yacen en la ruina
mi venablo es sólo tinta, que aclara los laureles
vestidos en el alba donde yacen los lebreles
de aquellos sueños bellos que irradia y luego empina…
Asido sólo en andas, que fluyen en tus cedros
campanas que a desmedros de vüelos victorïosos,
asidos en albor, en sombra sobre arredros
fortunas que en el vïento desnudan los frondosos…
Cantos de alabanza, que a tu mejilla invoca,
tentativa al verde mar, que tu distancia trueca
venablo de doncella que a la mar retrueca
asido sólo el mar, para batir tu boca…
Desnuda canta el verso, por soberana sima,
desnuda en mi silencio la mañana
de rubio anhelo, castaña fue en tu boca, la rima
de tus pies, desnudos, luz temprana…
Vestida de silencio, tan a oír fue de tu boca
aquél desnudo incienso que besa ya mi ruina
vestida de silencio, y mi fortuna endrina
es darte en otro beso, un beso que te evoca…
Desnuda de palabras, desnuda, boca calla
a la orilla de tu boca, el pan, otra muralla,
tu verbo afán procree latido de humedad
cantándole a la noche, mi sombra en orfandad…
Mi sombra son tus labios, mi pena es la mitad
de aquellos dulces labios que entonan tu belleza
desnuda fortaleza, que aclara mi verdad
sólida ya en tu sueño, tu sombra aquí regresa…
Mis ojos son tu sombra, mi sombra es tu latido
latido de mi sombra, que mi profunda cima
engavilla a mi llamado, y sobre el ascua, olvido
latir sobre tu boca, mi sombra, que se anima…
Olvido ya tus pasos, y es verde tu recuerdo
presa de mi furor, enciende en mí la calma
que sobre lluvias de laureles, dormido yo los pierdo
a mi desnuda sombra, cantándole a tu alma…!
Mi risa es lenta artesa que emana lentas cruces
cantándole al desvelo, y por sobre tu mirada:
aquélla voz bermeja que asombra tu morada,
vistiendo con tu luna mis sostenidas luces…
Relámpago a tu mella, fulgor de mi recelo,
ardör que no me inflama, y enciende con tu pelo
mi rüina, ya mi albor, ó mi desnudo empeño
de ser en tu mirada, quietud de mar, desdeño…
Mi luz, es tu mirada, Cristo vive en ti
Mi sombra es vulnerada, tu corazón en mí.
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