Ya mismo mi silencio se acentúa, novato
odeón de plenilunio y sol beato
que en el rastrero imán de lo escarlata
asiduamente llama un Sol de Plata.
Belleza tras el canto de treinta y siete estrellas
que luce la mañana, bajo noches,
y en oropeles los soles en derroches
augura llanos los proverbios que son mellas...
Distancia asidua canta al verbo
de mi rompïente nacarada, elevo
que aún en sombra desigual canta en acervo
la mirada Celestial que dentro llevo…
Música, panoja errante, dulcísima fortuna
de mi bajel errante, misógina ninguna
de tu crisálida que lleva la casta de la aurora
en su sinergia, trepidante, el brillo que lo dora…
Bermejo bucle, pasión oro fundando
en el sarmiento de su luz, estrecho, cauce
que hilvanado a su menguante asedio roja chance
impronta al ébano desmiente desfundando…
Eleva el ascua, devora la sonrisa
del artilugio del pesar somera brisa
que noche aguanta de su flor y su caliza
desmedro nïeva su loor y verbaliza…
Devora en sombra la noche a sus entrañas
y en su parcela invita cual levante
de su montura que asedia mi acechanza
la sombra nueva de su muro en el diamante.
Helecho hiriera su resguardo en una fruta
y asedio invita su contorno y lo suaviza
bajo el invierno de su sitio en sola ruta,
adarga breve que el océano desliza…
Mi goce etéreo en su nocturno, ya difuso
es dromedario de la Silva, en cuya hora
la madre selva de su llanto en sombra azora
y entre sus mellas, ya del libro se hace iluso…
Ocio no ensaña la bandera de lo justo,
y en sombras arde la pantera a mi disgusto
de brillo ufano, de röble que atempera
la asidua luna que hace miel mi Primavera...
De vez en cuando mi noche se acentúa
al sólo ébano de luna en que se abate
apoplejía de mi sol en rostro, el mate
que la doncella me comparte y me fluctúa…
Alisto el paño que hace voz ya mi guirnalda
del solo cielo que da huella a mi menguante
de lucha errante, de carnívora esmeralda
ó sólo mares que son claustros de un amante…
Mi cielo endulza lo vestido del dialecto,
que como fragua hace oído y no detecto
ya la vanguardia de mi heraldo, nacimiento
de mi doncella en mi verano, sol, mi intento…
Goce se nubla y hace estro de mi sombra
la golondrina de mi vuelo en mi guitarra,
ya de mi cielo y mi cardumen, en mí escombra
una mujer en mis oídos cielos narra…
Y ya me inventa pordiosera juventud
de mi mazmorra a mi silencio, ya mi hartazgo
de mí celebro la incluida, ardör, hallazgo
que mi pantera hace sin voz, de mi virtud…
Mi sesgo hiriera la vertiente donde asoma
al clavicordio que hace siempre de su llama
el níveo aclame de mi joven luz tan roma
que hace bermeja curvatura de mi dama…
Mirarte, es ya desëarte en monumento, sombra ida,
a sólo asedio de mi pluma, abatida…
Ayer a las 7:07 am por jorge enrique mantilla
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