Sobre el destello

Empero, vago, sin sinuoso canto amure
vituperando el carmín del oro regio
cual la colmena de tu flor, nevado arpegio
ya la sandalia de tu pie, voz me murmure…
Acecho al Canto, y canto con acecho
cual hilvanado, trunco amïanto sobre el lecho,
de tu figura sólo anida la vanguardia
de tu silencio, aún más herida retaguardia…

Sobre el reclamo, sobre el cielo de tu cuna
al solo aliento de tu voz, una castaña,
de sólo ébano de flor, nevada aurora: araña
que se esconde y que no es luna…
Al sólo llanto de tu voz, nevada brisa
coloquiando de tu voz en la guirnalda,
la sola tëa de tu flor, albura, risa
de tu presencia el sólo plectro va a tu falda…

Añada rosas de furor y canto endeble
la sola pira de tu voz, brillo en el mueble,
desde tu canto aquella flor en prisa funde
campana al estro de tu voz, tan sólo hunde…
Y en tu risa cacería de desmanes
tan sólo nïeva su carbunclo, leviatanes
desde tu rostro concierta sólo la belleza
de tu figura aún esmaltando gentileza…

Abreva el ceño adusto y ya porfío
engalanada aurora, tamo mío
de tu vergel hacendosa y extravío
el sólo tamo y en la flor mi mudo estío!
Adosa la plegaria confinada de tu llanto
el sólo hermano de tu sömbra, sombra alguna
de tu figura en lenta cal, de voz tan bruna
al sólo acecho de tu rüin espada: Canto!

Sol y perpleja sombra enluce una guitarra
que se confina a su merced, nevada amarra
de solas cuerdas y de numen, cual cigarra
Sirenas alcen ya tu voz desde su garra…!
Y en sombra acecho de tu flor, nevada aurora
caliginosa de tu pecho, diáfana
entre tu seno y en tu flor perpleja emana
el sólo aliento de tu sombra, ahora…

Voz y tarëa bajo el filo de los astros,
sol bajo rosas en tus labios, alabastros…