Murió de pronto

Murió de pronto

Murió de pronto, sin banda sonora,
ni epitafio ni títulos finales,
sin obituario ni deudos formales,
ni flores ni una lágrima que implora.

Murió en silencio, donde el viento llora
y el río gime y arden los trigales,
donde no hay voces entre los mortales
ni más que muerte, que en olvido mora.

Ninguno lo notó, partió a la hora
en que ya estaba escrito en sus anales
y se fue sonriendo sin demora.

Así murió, cual tú, que en tus cristales
te encierras, te diluyes y en tu aurora
despiertas, pero muerto en tus cabales.

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10 04 14

Hermoso tu poema, Oscar.
Me maravillo cada vez que te leo.

Lo veremos en el Face.

Gracias, querida Delia, es de tu gran corazón que te maravillas, no otra cosa, abrazos.-