Retrato negro
Tenga presente que de barro nos hicieron,
¿qué más puede pedir?, si fue de barro.
¿La prueba? Usted se muere, se hace polvo
y aquel ciclo del barro comienza nuevamente:
polvo en el polvo bajo tierra,
gusanos que se ceban de su carne,
ratones que festinan con gusanos,
alimañas que asesinan roedores
y, dormido entre las bestias, ese dios
que creyóse prodigioso construyendo
a su imagen y semejanza esta escultura.
Y alguna flor quizá, brotando de aquel caos,
una brizna de hierba, ciertos musgos
o huevos de la araña misteriosa.
Por eso las serpientes nos asustan,
y los ángeles de dios, llamados papas,
y los maestros, policías, mandatarios
y aquella aparición de nuestro rostro
en sueños, en espejos y en recuerdos rotos.
Con barro forjan leyes, mecanismos
para salvar el hilo que da al cielo
y a los hijos que la lluvia deshilacha,
los nombres que le asignan al que nace
y su débil mitad de lo infinito.
Barro somos, al barro volveremos,
quizá logremos antes dejar fruto,
una canción en medio de la niebla,
una pintura en los cordeles de la tarde
o un buen recuerdo en las faldas de la amada.
Pero no esperen más, pues ya sabemos
que habremos de rodar, volver al cieno,
que haremos nuestro mejor esfuerzo por ser libres,
que tal cosa no existe, pues la muerte al fin nos siega.
Te doy mi eternidad con su segundo,
no pidas más, que el cielo ya hace rato
nos amenaza con sus nubes más oscuras.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
20 02 14
Tenga presente que de barro nos hicieron,
¿qué más puede pedir?, si fue de barro.
¿La prueba? Usted se muere, se hace polvo
y aquel ciclo del barro comienza nuevamente:
polvo en el polvo bajo tierra,
gusanos que se ceban de su carne,
ratones que festinan con gusanos,
alimañas que asesinan roedores
y, dormido entre las bestias, ese dios
que creyóse prodigioso construyendo
a su imagen y semejanza esta escultura.
Y alguna flor quizá, brotando de aquel caos,
una brizna de hierba, ciertos musgos
o huevos de la araña misteriosa.
Por eso las serpientes nos asustan,
y los ángeles de dios, llamados papas,
y los maestros, policías, mandatarios
y aquella aparición de nuestro rostro
en sueños, en espejos y en recuerdos rotos.
Con barro forjan leyes, mecanismos
para salvar el hilo que da al cielo
y a los hijos que la lluvia deshilacha,
los nombres que le asignan al que nace
y su débil mitad de lo infinito.
Barro somos, al barro volveremos,
quizá logremos antes dejar fruto,
una canción en medio de la niebla,
una pintura en los cordeles de la tarde
o un buen recuerdo en las faldas de la amada.
Pero no esperen más, pues ya sabemos
que habremos de rodar, volver al cieno,
que haremos nuestro mejor esfuerzo por ser libres,
que tal cosa no existe, pues la muerte al fin nos siega.
Te doy mi eternidad con su segundo,
no pidas más, que el cielo ya hace rato
nos amenaza con sus nubes más oscuras.
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20 02 14
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