El hombre
Como bien sabemos, hoy un hombre
es sólo un hombre, un número, una copia
de billones de ancestros repetidos
en el casual azar que apellidamos vida.
Entonces sólo un hombre es lo que somos,
uno más que medita como tantos, si medita,
uno más que trabaja como tantos, si hay trabajo,
uno más que copula como tantos, y esto es siempre,
uno más que se muere, como todos, y esto es simplemente inevitable.
Entonces, es entonces que pregunto,
como ya en la eternidad del primer hombre,
como ya en la misma duda del segundo,
del centésimo quizá, del dos billones ochocientos cuatro,
entonces yo pregunto qué es un hombre.
Pues claro, ya lo dije, pero dije
lo que es un hombre hoy, lo que no dije
es lo que es un hombre siempre, un hombre en plena esencia,
ayer, mañana, entonces, cuando nadie percibía
que no todo era buscar frutos y sitio en que albergarse,
y aún allí vino uno con dibujos de humo,
con marcas en la piedra, y aquí estamos.
Un hombre claramente es algo más que un día,
más que su presente, más que la hora en que lo miro
cabalgar sobre la esfera de sus actos,
correr en dirección a algún destino preparado
o pararse a mirar la vida con sus propios ojos.
Y esa es la cuestión, un hombre es todo,
es todos los que fueron, los que vienen,
los que nunca se hicieron tal pregunta,
los que sencillamente se educaron, tuvieron un oficio,
amante, mil mujeres y tomaron en sus brazos
a un hijo propio y libre, y se dijeron ya soy hombre.
Un hombre es la batalla dentro y fuera,
dentro porque no todo ya está dicho,
fuera porque de amar y de crecer siempre se trata,
entonces no por listos los timbres y las firmas,
no por cerrado el trato y listo el traje,
o hecha ya la silla o terminado el cuadro
o el concierto o aquel verso irrenunciable,
es sólo eso un hombre, no lo creo,
no lo creas tú, que aquí has llegado,
que besas tras el día a tus amadas,
que caes en la noche en tu silencio,
que cumples tu deber, que satisfecho
te duermes y enseguida ya despiertas.
El hombre es la certeza inacabada
de todo lo que queda para que seamos hombres,
por eso el porvenir, el sueño, la alegría,
por eso has de buscar respuesta propia cuando escuches,
cuando en ti mismo escuches o en los otros
la pregunta aquella sobre qué es un hombre.
El hombre eres tú, que ya pregunta
y al preguntar comprende ya la otra mitad que es la respuesta.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
02 02 14
Como bien sabemos, hoy un hombre
es sólo un hombre, un número, una copia
de billones de ancestros repetidos
en el casual azar que apellidamos vida.
Entonces sólo un hombre es lo que somos,
uno más que medita como tantos, si medita,
uno más que trabaja como tantos, si hay trabajo,
uno más que copula como tantos, y esto es siempre,
uno más que se muere, como todos, y esto es simplemente inevitable.
Entonces, es entonces que pregunto,
como ya en la eternidad del primer hombre,
como ya en la misma duda del segundo,
del centésimo quizá, del dos billones ochocientos cuatro,
entonces yo pregunto qué es un hombre.
Pues claro, ya lo dije, pero dije
lo que es un hombre hoy, lo que no dije
es lo que es un hombre siempre, un hombre en plena esencia,
ayer, mañana, entonces, cuando nadie percibía
que no todo era buscar frutos y sitio en que albergarse,
y aún allí vino uno con dibujos de humo,
con marcas en la piedra, y aquí estamos.
Un hombre claramente es algo más que un día,
más que su presente, más que la hora en que lo miro
cabalgar sobre la esfera de sus actos,
correr en dirección a algún destino preparado
o pararse a mirar la vida con sus propios ojos.
Y esa es la cuestión, un hombre es todo,
es todos los que fueron, los que vienen,
los que nunca se hicieron tal pregunta,
los que sencillamente se educaron, tuvieron un oficio,
amante, mil mujeres y tomaron en sus brazos
a un hijo propio y libre, y se dijeron ya soy hombre.
Un hombre es la batalla dentro y fuera,
dentro porque no todo ya está dicho,
fuera porque de amar y de crecer siempre se trata,
entonces no por listos los timbres y las firmas,
no por cerrado el trato y listo el traje,
o hecha ya la silla o terminado el cuadro
o el concierto o aquel verso irrenunciable,
es sólo eso un hombre, no lo creo,
no lo creas tú, que aquí has llegado,
que besas tras el día a tus amadas,
que caes en la noche en tu silencio,
que cumples tu deber, que satisfecho
te duermes y enseguida ya despiertas.
El hombre es la certeza inacabada
de todo lo que queda para que seamos hombres,
por eso el porvenir, el sueño, la alegría,
por eso has de buscar respuesta propia cuando escuches,
cuando en ti mismo escuches o en los otros
la pregunta aquella sobre qué es un hombre.
El hombre eres tú, que ya pregunta
y al preguntar comprende ya la otra mitad que es la respuesta.
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02 02 14
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