De un tiempo herido

De un tiempo herido

Perdón, pero soy humano,
necesito que me quieran,
que me digan que me esperan
y que allí tengo una mano.
Perdona, pero mi hermano
también ya cuenta conmigo,
es mi aliado y es mi amigo,
es mi fuerza y mi constancia
y hasta porque tuvo infancia
también cuento a mi enemigo.

Pero tú vives durmiendo,
nada dices, nada sueñas,
sólo en tu ombligo te empeñas,
todo lo vas deteniendo.
Qué afán el de estar perdiendo
los días con su belleza,
las noches con su grandeza,
todo por negro egoísmo,
si hasta te pierdes tú mismo
por ocultar la cabeza.

Prefieres lo que no quieres,
no quieres lo que te pasa,
pero te blindas en casa,
te encierras en mil enseres.
El hombre tiene deberes
con la vida y con la gente,
pero el primero y urgente
es el ser fiel a sí mismo,
el resto es sólo un abismo
donde el que cae es de ausente.

Entonces, quien va dormido
quédese, que yo me marcho,
veré el dolor cómo parcho,
veré cómo hallar el nido.
Me alzaré de un tiempo herido
de palabras que no hablaban,
de promesas que no estaban,
de verdades ya innegables
y que cortan como sables
de este amor la fe que ataban.

Yo lo vi, lo tengo claro,
tuve paciencia y entrega,
pero todo tiempo llega,
hasta el de dejar el faro.
De tu lado me separo
pues ya más fuerzas no tengo,
más sí vida y lo convengo,
yo te amé, también me amaste,
pero con soñar no baste,
quiero amor y a amar yo vengo.

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