Cordillera de Los Andes
Que te quiera más que ahora,
Cordillera de Los Andes,
no me pidas, no me mandes
que en tu ausencia se te llora.
Lloro tu fuerza gestora
de pueblos, tiempos y hazañas,
la corona en tus montañas
de piedras, de musgo y nieves,
y la eternidad que bebes,
mientras mi paso acompañas.
Lloro tus sienes nevadas,
tus cóndores majestuosos
y el secreto de tus pozos
tus montañas, tus aguadas.
De tus héroes las majadas
que te cruzan tras un sueño,
ser libres tras el empeño
y de Chile nervadura,
mineral, celeste y pura,
digna, prístina y sin dueño.
Tus montes en la oración
se unen cual manos llenas
que saludan, limpias, plenas
a toda la creación.
El río, el valle, el rincón
del desierto misterioso
y la ciudad con su acoso
que pretende hallar tu altura,
todo en ti cobra estatura,
cual tu chileno glorioso.
Y yo que me encuentro lejos,
te levanto en mis palabras,
tú que acunas, tú que labras
en mi tierra tus gracejos.
Nos hacemos todos viejos,
menos tú, sabia, imponente,
en tu paz todo es presente,
no hay olvido ni traiciones,
todo es cierto y sin razones
más que las que el pecho siente.
Mi cuerpo en el tuyo yace,
descansas conmigo adentro,
nos buscamos, yo te encuentro
y al verte mi amor renace.
Cordillera, el tiempo pace
en tus rocas, en tu espera,
te guardo en mi piel entera,
te llevo en mi grave orgullo,
soy chileno, pues soy tuyo,
de Los Andes, Cordillera.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
16 10 13
Que te quiera más que ahora,
Cordillera de Los Andes,
no me pidas, no me mandes
que en tu ausencia se te llora.
Lloro tu fuerza gestora
de pueblos, tiempos y hazañas,
la corona en tus montañas
de piedras, de musgo y nieves,
y la eternidad que bebes,
mientras mi paso acompañas.
Lloro tus sienes nevadas,
tus cóndores majestuosos
y el secreto de tus pozos
tus montañas, tus aguadas.
De tus héroes las majadas
que te cruzan tras un sueño,
ser libres tras el empeño
y de Chile nervadura,
mineral, celeste y pura,
digna, prístina y sin dueño.
Tus montes en la oración
se unen cual manos llenas
que saludan, limpias, plenas
a toda la creación.
El río, el valle, el rincón
del desierto misterioso
y la ciudad con su acoso
que pretende hallar tu altura,
todo en ti cobra estatura,
cual tu chileno glorioso.
Y yo que me encuentro lejos,
te levanto en mis palabras,
tú que acunas, tú que labras
en mi tierra tus gracejos.
Nos hacemos todos viejos,
menos tú, sabia, imponente,
en tu paz todo es presente,
no hay olvido ni traiciones,
todo es cierto y sin razones
más que las que el pecho siente.
Mi cuerpo en el tuyo yace,
descansas conmigo adentro,
nos buscamos, yo te encuentro
y al verte mi amor renace.
Cordillera, el tiempo pace
en tus rocas, en tu espera,
te guardo en mi piel entera,
te llevo en mi grave orgullo,
soy chileno, pues soy tuyo,
de Los Andes, Cordillera.
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