Sirena que al desparpajo del asombro rutilante devuelve la belleza
de un oro en bruma donde azoga la bandada del insomnio
sobre la tea del abismo donde alza la marea de aluminio
que rebalsa sobre sí, sobre la espuma, su marea vuelve ilesa
carbunclo de las sales, de la sal hecha presteza
que devuelve lentos mares sobre el océano turquesa
y arropa vendavales sobre el sismo que ala y que sopesa,
gallardo sobre tu boca que pronuncia la húmeda promesa...
Derecho hacia el albor de rutilante efervescencia hacia el ocaso
de perfecta marea, hacia el asombro, donde el cristal eleva
su madeja de iridiscencia flaqueza sobre el vestal de su regazo
hacia el poniente, el vendaval de su sólido rumiar que abreva
su cántaro preciso que renüeva su sollozo de alcurnia sobre el ala
de una rosa incierta de desnuda gala y de canto nemoroso
sobre el bosque de su igual pantera sobre el sesgo escaso,
bandera de nogal, extravío de perfume que intercala
Huella de tulipán en la vereda de tu brazo
sobre el vestal del oprobio que la luna sobre el vaso
del mugido de la sal, desnuda ancla en la marea
desnuda sala al celofán que intercede sobre tea
ofuscada de viento, y alerce súbito engalana la tibieza
del ornado simiente desnudo en la maleza...
Mirada atenta que repara la vanguardia hacia el ozono
de su prístino menguar la sola albura, nimio encono...
Clara distinción tu tupido pie que enseña,
la celada de la albura, la blancura se hizo peña
y en la bruma de cristal la desnuda sombra engaña
a su espuma mineral, su bracero, agua que baña...
Velado cierzo de dorada arena,
sobre la espuma de cristal de su marëa
fragua la luz que hizo cántaro, pelea
la dura fragancia del sol sobre tu pena.
Caliginoso verbo errante, su vela muere hallada
sobre el nácar de su mar, sobre el óleo de su tela
caliginosa candela, su rostro puede amar la forma que lo cela
hacia el cándido silbar del ancla de su voz enamorada
hacia el oceánico vestal su sal amada,
inmortal, búsqueda en la sal la sal desnuda en alba
disparo al vendaval de su risa en la mañana malba
celada en aras de su júbilo cadente en el milagro, hada...
Cadencia, ofuscada niebla errante de su lluvia,
tu mirada atenta baña de silencio, se diluvia...
de un oro en bruma donde azoga la bandada del insomnio
sobre la tea del abismo donde alza la marea de aluminio
que rebalsa sobre sí, sobre la espuma, su marea vuelve ilesa
carbunclo de las sales, de la sal hecha presteza
que devuelve lentos mares sobre el océano turquesa
y arropa vendavales sobre el sismo que ala y que sopesa,
gallardo sobre tu boca que pronuncia la húmeda promesa...
Derecho hacia el albor de rutilante efervescencia hacia el ocaso
de perfecta marea, hacia el asombro, donde el cristal eleva
su madeja de iridiscencia flaqueza sobre el vestal de su regazo
hacia el poniente, el vendaval de su sólido rumiar que abreva
su cántaro preciso que renüeva su sollozo de alcurnia sobre el ala
de una rosa incierta de desnuda gala y de canto nemoroso
sobre el bosque de su igual pantera sobre el sesgo escaso,
bandera de nogal, extravío de perfume que intercala
Huella de tulipán en la vereda de tu brazo
sobre el vestal del oprobio que la luna sobre el vaso
del mugido de la sal, desnuda ancla en la marea
desnuda sala al celofán que intercede sobre tea
ofuscada de viento, y alerce súbito engalana la tibieza
del ornado simiente desnudo en la maleza...
Mirada atenta que repara la vanguardia hacia el ozono
de su prístino menguar la sola albura, nimio encono...
Clara distinción tu tupido pie que enseña,
la celada de la albura, la blancura se hizo peña
y en la bruma de cristal la desnuda sombra engaña
a su espuma mineral, su bracero, agua que baña...
Velado cierzo de dorada arena,
sobre la espuma de cristal de su marëa
fragua la luz que hizo cántaro, pelea
la dura fragancia del sol sobre tu pena.
Caliginoso verbo errante, su vela muere hallada
sobre el nácar de su mar, sobre el óleo de su tela
caliginosa candela, su rostro puede amar la forma que lo cela
hacia el cándido silbar del ancla de su voz enamorada
hacia el oceánico vestal su sal amada,
inmortal, búsqueda en la sal la sal desnuda en alba
disparo al vendaval de su risa en la mañana malba
celada en aras de su júbilo cadente en el milagro, hada...
Cadencia, ofuscada niebla errante de su lluvia,
tu mirada atenta baña de silencio, se diluvia...
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