“Renaceré, pero esta vez cómo mujer”
El mundo que he vivido, el de mis padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, fueron hechos a la manera del hombre. Me heredaron un mundo imaginado, creado y dirigido por hombres; inclusive mis pensamientos también les pertenecen, con todos sus vicios y prejuicios. En este mundo me enseñaron que si quiero sentirme mujer debo pintar la casa de rosa o violeta, o tener un jardín lleno de flores y pajaritos…
Las mujeres que admiro trabajan o dirigen una empresa; tienen una carrera o estudian en la universidad; se mantienen a ellas o a una familia. Luego veo la otra cara de la mujer: Las mujeres liberales, las que saben vivir la vida. Hablo de aquellas que disfrutan del sexo sin prejuicios ni tabús; las que no les temen a las relaciones múltiples u homosexuales; las que beben alcohol, absorben cigarrillos o drogas sin miedo a la crítica. Entonces, me pregunto:
¿Realmente esto es ser mujer? ¿Mujer en todo el sentido de la palabra? ¿Es todo lo que puedo hacer como una mujer? No. No lo creo. Debe ser algo más; mucho más. Porque esto no es otra cosa que una imitación de la vida del hombre; porque mi alma me pide, me exige otras cosas. Mas no sé qué es, ni cómo encontrarlo, pues nadie me lo ha mostrado.
Es por eso que hoy borraré de la memoria todos estos conceptos de mujer. Hoy decido matar a la mujer que siempre fui; la que fue a lo largo de toda la historia de la humanidad.
Hoy, renunciaré a todos los patrones de vida, costumbres y sistemas del mundo actual, para crear mi propio mundo, tanto interno como externo; un mundo hecho a mi manera y necesidades auténticas; hecho a la manera de mi espíritu y luz. Mataré a esa mujer y renaceré en otra: en una mujer nueva ¡Si! renaceré en mujer, en el sentido que no conozco pero que lo descubriré. Lo encontraré dentro de mí pues en el exterior no está, nunca ha estado. Y cuando lo haga, nada ni nadie la detendrá, porque será un ser nuevo, un ser que nadie ha visto, un ser que ni siquiera alcanzo a visualizar pero que será enorme y maravilloso: Un verdadero Ser-Mujer.
El mundo que he vivido, el de mis padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, fueron hechos a la manera del hombre. Me heredaron un mundo imaginado, creado y dirigido por hombres; inclusive mis pensamientos también les pertenecen, con todos sus vicios y prejuicios. En este mundo me enseñaron que si quiero sentirme mujer debo pintar la casa de rosa o violeta, o tener un jardín lleno de flores y pajaritos…
Las mujeres que admiro trabajan o dirigen una empresa; tienen una carrera o estudian en la universidad; se mantienen a ellas o a una familia. Luego veo la otra cara de la mujer: Las mujeres liberales, las que saben vivir la vida. Hablo de aquellas que disfrutan del sexo sin prejuicios ni tabús; las que no les temen a las relaciones múltiples u homosexuales; las que beben alcohol, absorben cigarrillos o drogas sin miedo a la crítica. Entonces, me pregunto:
¿Realmente esto es ser mujer? ¿Mujer en todo el sentido de la palabra? ¿Es todo lo que puedo hacer como una mujer? No. No lo creo. Debe ser algo más; mucho más. Porque esto no es otra cosa que una imitación de la vida del hombre; porque mi alma me pide, me exige otras cosas. Mas no sé qué es, ni cómo encontrarlo, pues nadie me lo ha mostrado.
Es por eso que hoy borraré de la memoria todos estos conceptos de mujer. Hoy decido matar a la mujer que siempre fui; la que fue a lo largo de toda la historia de la humanidad.
Hoy, renunciaré a todos los patrones de vida, costumbres y sistemas del mundo actual, para crear mi propio mundo, tanto interno como externo; un mundo hecho a mi manera y necesidades auténticas; hecho a la manera de mi espíritu y luz. Mataré a esa mujer y renaceré en otra: en una mujer nueva ¡Si! renaceré en mujer, en el sentido que no conozco pero que lo descubriré. Lo encontraré dentro de mí pues en el exterior no está, nunca ha estado. Y cuando lo haga, nada ni nadie la detendrá, porque será un ser nuevo, un ser que nadie ha visto, un ser que ni siquiera alcanzo a visualizar pero que será enorme y maravilloso: Un verdadero Ser-Mujer.
7 de marzo del 2012
Jesús Alexandro Domínguez Briones
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