Arrea las ansias, sino rosa, virtud del ornamento,
paciente mar disuelto, entre las brumas
que mi ojo sediento me consumas
sedienta noche de soles y frágil elemento...
Azul disgrega el manantial que acopia tu belleza
como un suspiro de la artesa
que asombra el mineral que funde la grandeza:
sonrisa jovial, que vuelve alegría a la destreza...
A la distancia un eco que murmura,
disuelto mar procura
enésimo laurel entre la vela
que en el dosel que augura y que desvela
canta, y sostiene el mar que ahinco te venera
en la lentitud desigual cual la quimera
de un engaño -que la vista al cielo el mar procura-
cual aliento es a mi constante desmesura
Y el silencio que en el vuelo de las aves se desliza
canta un clavel que inficiona mi sostén,
cual augura nacimiento del vaivén:
estrecho cauce, lontananza que en la brisa
de un solo cauce, acomoda la vendimia
desde el cielo que las alas en su alquimia
vendaval acecha el oro de su trote
cual sediento mar que en la rosa de su mote
Acopia al juglar maceradas ilusiones
entre el sesgo del jazmín, de las pasiones
que evade errante cosmogonía entre sus alas,
arreando la dureza de la frágil osadía
que en el vuelo, día a día
descubre al azor de su mirada, en que resbalas...
Mirada tenue que sosiega lo morado
del sosiego que se embate, enamorado...
Paciente oro que a mi alquimia desenvuelve,
tus lágrimas son alas que a la noche vuelve...
[youtube][/youtube]
paciente mar disuelto, entre las brumas
que mi ojo sediento me consumas
sedienta noche de soles y frágil elemento...
Azul disgrega el manantial que acopia tu belleza
como un suspiro de la artesa
que asombra el mineral que funde la grandeza:
sonrisa jovial, que vuelve alegría a la destreza...
A la distancia un eco que murmura,
disuelto mar procura
enésimo laurel entre la vela
que en el dosel que augura y que desvela
canta, y sostiene el mar que ahinco te venera
en la lentitud desigual cual la quimera
de un engaño -que la vista al cielo el mar procura-
cual aliento es a mi constante desmesura
Y el silencio que en el vuelo de las aves se desliza
canta un clavel que inficiona mi sostén,
cual augura nacimiento del vaivén:
estrecho cauce, lontananza que en la brisa
de un solo cauce, acomoda la vendimia
desde el cielo que las alas en su alquimia
vendaval acecha el oro de su trote
cual sediento mar que en la rosa de su mote
Acopia al juglar maceradas ilusiones
entre el sesgo del jazmín, de las pasiones
que evade errante cosmogonía entre sus alas,
arreando la dureza de la frágil osadía
que en el vuelo, día a día
descubre al azor de su mirada, en que resbalas...
Mirada tenue que sosiega lo morado
del sosiego que se embate, enamorado...
Paciente oro que a mi alquimia desenvuelve,
tus lágrimas son alas que a la noche vuelve...
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