Sedienta escarcha a tu silencio

Selecto mar devuelve los suspiros
que en la noche el ahínco ha contrahecho
como un mar que el espejo se ha deshecho
los suspiros, verde mar, en el rostro, percibiros…
Y se atañe la morada fortaleza, cual espuma
sedienta entre los cauces que afirman mi templanza
y se alude mi voz cual respiro a la confianza
escribe un verde mar tan negro como un puma.

Vestigio cual me cede el rostro un arte innato
febril, longevo arrienda un oro que se enluta
cual porvenir estrado de la simiente cual la fruta
sumerge en terso aroma la dulce marea abato.
Inmerso en la golondrina de los vientos
suspira su loco momento de gris más cauteloso
y es en la alcoba, en el claustro poderoso
los enigmas que son fruto de los míseros alientos.

Golondrina, vuela más, hacia escarchas, hacia lunas
que sopesan el murmullo de las aguas hacia adentro
y las manos del febril holocausto de los vientos, centro
ha desvestir la sombra en otros vientos, cunas.
Y en el vespertino cauce que adelanta los paseos
de la misma voz que vocifera voces lentas
encuentra un ángel que se esconde entre violentas
luces de nieve; que son nieve a mis encuentros…

Voces de plomo, asir la nupcial cuna
del vespertino ángel sin voz, sin voz alguna
asido entre los miembros del regazo de la luna
entre las huellas daba celo, y murmullo a la persona.
Distinto abrir el celaje que despierta los cimientos
del rostro que separa los ojos cual colores
cual enluta graves daños ó siempre los dolores
que reparan en diademas de sol, sobre los vientos.

Carmesí, desiguales notas cual enluces el estigma
de la sal que baña las lluvias de los mares,
cual velero de cristal en los altares
del suspiro de la sal, de las sales de un enigma…
Anochece, ya, y el rostro entre las flores
de un suspiro que me nieva luces cual azores
murmuran en su vuelo las aves de las velas
entre el rostro que sin ver, ala y desvelas.

Cual pluvial encanto de las olas,
enigmas sin partir, las almas solas.

Profundo poema amigo caminando...me encantaron en particular estos versos...
Carmesí, desiguales notas cual enluces el estigma
de la sal que baña las lluvias de los mares,
cual velero de cristal en los altares
del suspiro de la sal, de las sales de un enigma…
Anochece, ya, y el rostro entre las flores
de un suspiro que me nieva luces cual azores
murmuran en su vuelo las aves de las velas
entre el rostro que sin ver, ala y desvelas.

Cual pluvial encanto de las olas,
enigmas sin partir, las almas solas.
Besos BETT

Muchísimas gracias, Bea!!!!!!!

Un abrazo desde el corazón!!!!!!