El ebrio en el espejo

El ebrio en el espejo

Hay un hombre en la esquina de ese bar
que tiene mi camisa y mi pistola,
mi mapa, mi tesoro, mi amapola
y el tiempo que me queda de soñar.

Sé que con todo se quiere escapar:
mi limón y mi piel, mi caracola,
mis ganas de vivir, mi casa sola
y el beso en que te vine a conquistar.

Se ríe, se desplaza como el mar,
de calle en calle, libre, de ola en ola,
buscando mi talón y mi pajar.

No ve que entre sus piernas va mi cola,
que el espejo para dos no ha de alcanzar
que tras romperlo brindo, pues se inmola.

10 03 11