Nube de invierno

Nube de invierno

Esta mañana llueve en nuestro techo,
donde los duendes pueblan la ilusión,
y en las praderas verdes de tu lecho
tiene una forma triste el corazón.

Y es que en melancolía crece el trecho
de la vieja añoranza en tu balcón,
cuando los buenos días lo eran de hecho
y era quien lo decía la razón.

Pero los cielos cambian sin derecho
nos dejan sin consuelo en la estación
en la que espera abrigo nuestro pecho.

Esta mañana quedas sin canción,
la lluvia se la lleva en su provecho,
dejando en el silencio un lagrimón.

04 02 11

Esta mañana llueve en nuestro techo,
donde los duendes pueblan la ilusión,
y en las praderas verdes de tu lecho
tiene una forma triste el corazón.

Pero los cielos cambian sin derecho
nos dejan sin consuelo en la estación
en la que espera abrigo nuestro pecho.

Se nos antoja la ilusión como un racimo de verdes esperanzas que atraviesa éste soneto, como una canción sin canción, como una música que sueña y suena la marea
donde yacen los suspiros, enhebrando zafiros de una gran demostración de belleza y adoptiva circunstancia en el telar que enamora las notas de la diversidad en la marea de los días. Se mueve, canta y asoma como un unísono clavel de unísono latido.

Magnífico soneto. Enamorada poesía.

Sigue adelante con tu inspiración.

Gracias por compartirla!

Un abrazo Poeta!!!

Gracias, compañero, saludos, Óscar.-